Durante este
mes de octubre saltó una polémica a raíz del comentario del premio Nobel de Literatura, peruano y español, en la última convención del Partido Popular de España. Literalmente el señor Vargas Llosa afirmó lo siguiente: “Lo importante de unas elecciones no es que haya libertad en esas elecciones, sino votar bien”.
Así de simple, así de concreto, así de directo. Hay que agradecerle su honestidad, la eliminación de eufemismos y de paños calientes que amortigüen las palabras que tan maravillosamente sabe utilizar el escritor. Al señor Vargas Llosa no le gusta la democracia, le gusta que la gente vote lo que él quiere que vote, y si no lo hace se enfada, no lo tolera, no lo consiente.
Es destacable que haya logrado superar lo políticamente correcto atreviéndose a dejar salir de esa carcasa de honorabilidad al dictador que llevaba oculto; escribo el verbo llevar utilizando el pretérito imperfecto, porque ese dictador ya está libre, salió a pasear en la convención del Partido Popular y parece que le encantó. Espero que nos siga deleitando con sus opiniones reales de la política, tanto europea como latinoamericana, regañando indignado a quien no haga lo que a él le parece bien, despreciando al adversario político como cualquier buen dictador haría.
Hubo, y sigue habiendo, muchos comentarios que destacan la tristeza que les produce que un escritor de la categoría de Vargas Llosa sea utilizado por un partido político y haga este tipo de apariciones. Pero creo que están muy equivocados en lo de la utilización, él va encantado, a explayarse entre amigos y a decirle al mundo lo que tienen que hacer sus países para salir de las crisis que estén atravesando.
No tiene nada que ver, nunca lo ha tenido, ser un escritor brillante, con la defensa de la democracia a nivel global. En este caso se refirió a Latinoamérica en los siguientes términos: “Los latinoamericanos saldrán de la crisis cuando descubran
Así que esa es la receta mágica del escritor, que los latinoamericanos voten lo que él dice que voten y así saldrán de la crisis. Eso es lo que nos ofrece desde su maravillosa prepotencia
que han votado mal”. Así que esa es la receta mágica del escritor, que los latinoamericanos voten lo que él dice que voten y así saldrán de la crisis. ¿De qué crisis?, porque las crisis que ha soportado y sigue soportando América Latina son múltiples, periódicas, en algunos casos permanentes, sociales, políticas, económicas, etc. Supongo que su receta mágica vale para todas las crisis y para todos los países que componen esta región. Eso es lo que nos ofrece desde su maravillosa prepotencia, cultivada poco a poco durante sus 85 años: la solución a todos los males de América Latina, casi nada.
Disiento de las voces que han expresado su tristeza respecto a Vargas Llosa, creo que lo único que hay que hacer es agradecerle. Gracias por sacar a la luz del día tan insigne dictador que llevaba escondido tanto tiempo y probablemente necesitase respirar. Gracias por dejarnos apreciarle en toda su magnitud. Gracias porque ya nunca será lo mismo leer en Conversación en la Catedral, o en La fiesta del chivo, o en Tiempos recios cómo aborda dictaduras y dictadores con sus palabras.