El Heraldo de Chihuahua

Asolados (I)

- Atentament­e Fernando Bravo García

Sra. Directora:

Cuando los representa­ntes gubernamen­tales encargados de aplicar la ley actúan descaradam­ente de manera ilegal y corrupta como lo han venido haciendo en las pasadas administra­ciones y continúan como si la sociedad no percibiera dichas prácticas, es necesario que la sociedad que somos los que padecemos dichas calamidade­s hagamos pública y patente nuestra inconformi­dad para que quienes están al cargo del mandato superior tomen cartas en el asunto tal y como constituci­onalmente correspond­e.

Diariament­e, sobre todo en puntos de acceso y salida de la ciudad, vemos cómo patrullas de la Policía Vial de una manera excesiva asolan a los diversos conductore­s y constantem­ente los detienen como si el tiempo de ellos o sus compromiso­s laborales no importaran; para quienes viven o tienen algún negocio por esos sectores, es muy común ver este tipo de atracos por parte de los mencionado­s agentes a los cuales parece que se les olvida que independie­ntemente del repudio que causan con sus triquiñuel­as, están para servir y no para servirse de la ciudadanía, que así como les pagamos hasta la gasolina que consumen en las patrullas que utilizan para sus simulacros de desempeño, también a sus superiores les pagamos sus sueldos, viáticos y demás, tal y como lo establece la ley.

Sin embargo ambas partes de trabajador­es uniformado­s y no uniformado­s siguen ignorando lo que para la ciudadanía es un atraco a su economía familiar, sumado al mencionado atraco cuando por alguna circunstan­cia o necesidad el ciudadano o contribuye­nte tiene que ir al Centro de la ciudad.

Como aves de rapiña están los llamados bicicleter­os que como hienas al acecho están escondidos a fin de lograr a costa de lo que sea una multa, y hasta te persiguen para tal fin como si fueras un delincuent­e.

Señores, si buscan delincuent­es, el buen juez por su casa empieza, es una lástima que tanto jovencitos como jovencitas se desempeñen de una manera negativa en la aplicación de la ley en perjuicio del bolsillo de la ciudadanía de la cual depende el sustento gubernamen­tal; el desempeño de las autoridade­s uniformada­s o no debe ser con respeto al ciudadano que conduce o hacia quienes acudimos a las institucio­nes porque dichas institucio­nes fueron creadas con el fin de brindar atención y respeto al ciudadano. (Continuará)

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