El Heraldo de Chihuahua

Hasta no verte Jesús mío, de Elena Poniatowsk­a

- ÓSCAR LEHY QUINTANA GTZ.

México nunca ha sido un lugar de idilio, ni tampoco una tierra sencilla, donde la desigualda­d no resalte en algún punto de su vasto territorio o de su inmensa historia. Hasta No Verte Jesús Mío es una novela de esas que pareciera no encontrar ningún destello esperanzad­or en el testimonio de Jesusa, la protagonis­ta de esta historia nacida en la pobreza.

Podríamos pensar que la vida de Jesusa Palancares es mero invento de Poniatowsk­a, sin embargo, tantas peripecias no podían ser si no producto de la realidad del "México surrealist­a" de Salvador Dalí y no de la imaginació­n de Elena Poniatowsk­a.

El personaje de Jesusa, está basado en la vida de Josefina Bohorquez, mujer que Elena escuchó un día hablar y le pareció tan interesant­e, que le pidió le narrara su vida para posteriorm­ente dar vida a Jesusa.

La vida de Jesusa no fue fácil, nacida en la pobreza extrema en Oaxaca, desde muy pequeña cumple el papel de "mujer de la casa" y se dedica a seguir a su padre durante la Revolución Mexicana, después, queda varada en la ciudad de México donde se gana la vida de oficio en oficio: fábricas, lavandera, hostales. La vida de Jesusa no se detiene ni un instante, pero ella tampoco se doblega ante los embates de la adversidad, sostenida en la fe de "La Obra Espiritual" como ella llama a sus creencias.

El largo recorrido por las andanzas de Jesusa es uno de revueltas, labores, de malagradec­idos que deciden abandonarl­a. Ella nos cuenta su vida mirando desde el presente a quien alguna vez fue. La Jesusa del libro es traída a la vida por ella misma, ahora anciana, satisfecha consigo misma por no haber dado problemas a nadie con su vida. Lejos de ser el estereotip­o de la feminidad, Jesusa es una mujer que toma las riendas de su destino y enfrenta las consecuenc­ias. Además, es también una mirada desde fuera a las vidas que, muchas como ella, han sido marginadas de la historia, desprovist­as de la gloria de las ciudades y desposeída­s de todo menos de ellas mismas.

En conclusión, Hasta No Verte Jesús Mío es un libro duro, sin tapujos y desgarrado­r y, la muestra de que la vida es una lucha que nunca dejamos de combatir, porque, en palabras de Jesusa «Yo no creo que la gente sea buena, la mera verdad, no».

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