Choca la GN con caravana migrante
Este grupo es el que más ha avanzado luego que se frustrara la marcha de al menos otros cuatro éxodos
TAPACHULA. Un enfrentamiento se dio la mañana del miércoles entre miembros de la caravana migrante y agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) cuando apenas había avanzado tres o cuatro kilómetros sobre la carretera Costera, tras haber permanecido dos noches en el municipio de Pijijiapan, Chiapas.
Se trata del primer intento serio de contener a ese grupo de extranjeros de diferentes nacionalidades que salió de Tapachula el 23 de octubre hacia la Ciudad de México en busca de regularizar su estancia en el país para transitar libremente.
El choque se dio cuando los agentes federales, al filo de las 8:00 horas, intentaron detener a un grupo que se había rezagado en el tramo carretero ubicado entre Pijijiapan y Tonalá, por lo que al recibir la alerta alrededor de 50 hombres del contingente mayor regresó para rescatarlo.
En la carretera Costera, la Guardia Nacional buscaba contener a los migrantes, quienes se replegaron al detectar que había equipos antimotines, pero al ver que las fuerzas federales avanzaban les lanzaron piedras y se armaron con palos.
Tras la refriega, la Guardia Nacional reportó cinco oficiales heridos, cuatro hombres y una mujer, a quienes se les proporcionó atención hospitalaria.
La dependencia aseguró que “elementos de la institución en ningún momento respondieron a la agresión” y que los hechos ocurrieron cuando sus miembros, quienes se encontraban “laborando en apoyo a las actividades que realiza el INM”, pretendían impedir el paso de los migrantes y fueron agredidos con piedras y palos.
La Guardia Nacional omitió comentarios sobre las denuncias de diversos migrantes que aseguraron que los elementos presuntamente utilizaron gas lacrimógeno durante la refriega que duró entre 15 y 20 minutos, en la que estuvieron presentes mujeres y niños.
En la escaramuza, un grupo migrante retuvo a un agente de la Guardia Nacional que resbaló cuando intentaba subir a uno de los camiones de su corporación, mismo que en un principio fue agredido por los migrantes, pero fue rescatado por otro grupo de extranjeros que lo entregó a elementos federales.
Alrededor de las 8:20 horas terminó el operativo y los elementos de la Guardia Nacional se retiraron, aunque lograron detener a una treintena de migrantes, entre ellos mujeres y niños, que fueron subidos a camionetas del INM.
Tras el enfrentamiento, la caravana de se reagrupo y reinició su caminar sobre el tramo carretero Pijijiapan-Tonalá. Al filo de las 9:00 horas el éxodo mayor pasó la
garita de Pijijiapan en un andar lento y con el temor de volver a ser detenidos o perseguidos por las autoridades.
La caravana continúa su camino sobre la zona Costa de Chiapas, siendo este el grupo que más ha avanzado luego que en septiembre las autoridades frustraran la marcha de al menos cuatro éxodos migrantes que partieron también de Tapachula, en la frontera sur de México.
Lo anterior provocó que organismos no gubernamentales y la ONU condenaran el uso excesivo de la fuerza.
Un grupo de la caravana llegó al kilómetro 105 del tramo carretero PijijiapanTonalá con el apoyo de camiones de plataforma. Logró avanzar alrededor de 40 kilómetros, mientras que aproximadamente mil migrantes están rezagados a la altura de la gasolinera de Pijijiapan.
Cansados por las altas temperaturas, algunos migrantes decidieron entregarse a los elementos de Migración y fueron trasladados a Tapachula con la promesa de iniciar el proceso de solicitud de los papeles para su estancia legal en México.
"No somos delincuentes, sólo queremos llegar a la Ciudad de México para regularizar nuestra estancia migratoria en este país y poder trabajar de manera honrada", dijo Juan, un hondureño entrevistado en una gasolinera.
Se prevé que la caravana se quede a descansar en el kilómetro 105 de la carretera Pijijiapan-Tonalá por el cansancio que llevan tras recorrer 230 kilómetros desde Tapachula, hace 13 días. Para llegar hasta Tonalá el éxodo migrante aún debe recorrer casi 40 kilómetros y de ahí caminar otros 22 kilómetros para llegar a Arriaga.
Cansados por las altas temperaturas, algunos migrantes decidieron entregarse a las autoridades mexicanas