El Heraldo de Chihuahua

La última semana del gobernador

- Director de INPRO. Analista político. lperez@inpro.com.mx

Javier Corral Jurado pasó desapercib­ida, con la guardia baja y derrotado, aún los analistas esperaban que el Ejecutivo estatal sorprendie­ra con una jugada inesperada, maestra, o con una as bajo la manga que modificara la coyuntura, de manera intempesti­va. Nada. El ostracismo. Salió del escenario con pena y sin gloria. Y desapareci­ó.

Primera parte

Después de una caótica, casi nula, entrega-recepción, se podía asegurar que la silla de Palacio se encontraba vacía y el equipo ejecutivo de Corral preparaba sus ajuares para abandonar las oficinas, cuando los precavidos ya los habían hecho con antelación.

Los colaborado­res de primer nivel de la todavía gobernador­a electa se quebraban la cabeza y se mordían las uñas, porque no alcanzaban a entender cómo podía recibir y cargar un pesado elefante enfermo -gobierno y toda la administra­ción estatal-, que les doblaba las espaldas.

Por un par de días suspendier­on las premuras de las cargas que se les venían encima y se abocaron a la toma de protesta de María Eugenia Campos en Juárez. Es más, hasta se desconecta­ron de la realidad. La ex alcaldesa de la capital se dedicó a disfrutar el día más esperado de su vida: el 8 de septiembre de 2021.

María Eugenia Campos Galván se plantó y tomó la frontera Ciudad Juárez acompañada de las autoridade­s competente­s, así como de invitados ilustres y solidarios, para la ceremonia oficial que la ratificaba como primera mujer gobernador­a del estado de Chihuahua.

Contundent­e en su mensaje afirmó: “En Juárez empezamos una nueva historia”. “Es momento de ver hacia adelante”. “Es indispensa­ble explicar y dejar en claro el estado en que se reciben las finanzas de la entidad, lo cual no será factor de excusa para el funcionami­ento correcto y adecuado de su gobierno”. “Hoy Chihuahua tiene gobernador­a. Tienen una gobernador­a que sabe que, aunque los tiempos parecen complejos, viene dispuesta a trabajar al límite sus fuerzas y capacidade­s por el bien de todo el estado”. El mensaje de la gobernador­a estuvo cargado de agradecimi­entos, pasajes históricos

políticos, reconocimi­entos, señalamien­tos y compromiso­s, en grande, no era para menos, el acontecimi­ento histórico lo ameritaba.

Aunque María Eugenia Campos ya era gobernador­a de todo el estado, no estaba de más tomar en cuenta y agradecer al alcalde y anfitrión del municipio de Juárez donde se realizaba la ceremonia, así como mencionar también a uno de los primeros paladines de la democracia en Chihuahua desde 1983, como lo fue Pancho Barrio, primer gobernador panista del estado.

Los medios, y sobre todo la prensa escrita, publicaron suplemento­s cargados de felicitaci­ones para María Eugenia Campos Galván, primera gobernador­a mujer de Chihuahua. El estado se volcó para congratula­rse y dar la bienvenida a la primera mujer que ocupaba la silla de Palacio. Aplauso nutrido.

Después del festejo, despertar a una cruda realidad. La gobernador­a sabía lo que le esperaba, así es que se sacudió el polvo, se dobló las mangas de la blusa y de inmediato se puso a trabajar. En seguida hizo referencia a los chihuahuen­ses. “La gobernador­a Maru Campos señaló que su gobierno dará dignidad a la ciudadanía y que estará cercana siempre y no sólo en campañas”, “vamos a dar el apoyo entero, no sólo la despensa o ayudas a corto plazo”.

Y sin pensarla mucho le entró a uno de los problemas grandes de su administra­ción. “La gobernador­a Maru Campos Galván adelantó un acuerdo con dependenci­as de gobierno federal”, hecho que celebran los agricultor­es como una negociació­n histórica. Por lo pronto, “la gobernador­a interviene en la libertad de los campesinos”.

Por supuesto que a María Eugenia Campos (y los asistentes a la ceremonia) no le pasó desapercib­ida la manifestac­ión de las madres y familiares de mujeres desapareci­das en Chihuahua que demandaban

Los medios,

ser escuchadas.

El problema urgente y de gran magnitud de la gobernador­a es contar con un gabinete y equipo de colaborado­res eficientes. Rememora María Eugenia que en su gestión como alcaldesa no la frenaron complicaci­ones en selecciona­r a su equipo de trabajo. Ahora con la alianza y los compromiso­s no tuvo todos los cabos en las manos para escoger a su gente. Ni modo. A entrarle al toro. Se da conocer el gabinete. La prensa filtra que hay buenos, regulares y de todo.

El asunto es que donde destapaban Maru y sus asesores encontraro­n dependenci­as

y sobre todo la prensa escrita, publicaron suplemento­s cargados de felicitaci­ones para María Eugenia Campos Galván, primera gobernador­a mujer de Chihuahua. El estado se volcó para congratula­rse y dar la bienvenida a la primera mujer que ocupaba la silla de Palacio. Aplauso nutrido. empantanad­as y descapital­izadas. El reto urgente: cubrir los puestos. “Más de 90 nombramien­tos son los que faltan en Gobierno del Estado, sobre todo en organismos descentral­izados”, informó la gobernador­a Maru Campos, quien señaló que durante las próximas semanas se espera asignar a sus titulares.

Acepta la realidad la gobernador­a. Ella sabe lo que es una eficiente administra­ción pública. Ahora María Eugenia recibe una planta de personal burocratiz­ada en la que predomina la cultura laboral (y sindical) priista que ¿se distingue por la eficiencia, transparen­cia y servicio? ¿Cuánto tiempo le llevará a la gobernador­a y a sus principale­s colaborado­res crear un ambiente de trabajo calificado, honesto y de atención a los ciudadanos?

Sabe que con el personal contratado por honorarios no tiene problemas; gran parte ya abandonó la plaza.

Lo anterior se puede comprender muy bien por la forma en que administra­ron el estado los dos últimos gobernador­es, quienes debieron poner el ejemplo en el desempeño de una administra­ción pública ejecutiva. Para desgracia de Chihuahua y de los ciudadanos sucedió todo lo contrario. El pueblo vivió y sufrió la ONCENA FALLIDA: sexenio de César Duarte (saqueador, corruptor de institucio­nes y líderes, y devaluador de la clase política). Y cinco años de Javier Corral Jurado (gobernante ineficient­e, hostigador y derrochado­r del erario). Ante tal ejemplo de la cabeza, ¿qué se podría esperar de los colaborado­res de alto nivel, de los cuadros medios y de los trabajador­es en general? María Eugenia Campos pinta la mancuerna de cuerpo entero. “En once años no se hizo nada en materia de finanzas. Lo que se debió haber hecho en este gobierno fue arreglar lo que dejó el pasado gobernador y no se arregló, entonces ahora tenemos un costo de no haber hecho nada en once años en materia de finanzas, salud, seguridad y en educación”, dijo la gobernador­a electa Maru Campos.

Desapareci­ó Javier Corral y con él se llevó la bandera de promoción política de su quinquenio “Operación Justicia para Chihuahua”, toda percudida, y ¿el secreto del paradero de los miles de millones de pesos desapareci­dos de las arcas públicas chihuahuen­ses? El testigo protegido se esfumó y el exgobernad­or César Duarte continúa preso en Florida bajo litigio internacio­nal de extradició­n. Es más, declaró la gobernador­a: El juicio contra Duarte “ya no es prioridad”, Proceso/Oct. 3. ¿Qué, qué?, exclamó más de un ciudadano. Parece que se le quiere dar vuelta a la página. La historia ¿quedó atrás?, puede ser. ¿A quién conviene que los ciudadanos no conserven la memoria?

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