Ciudadanía activa: la quinta hélice
Tener claridad en el rumbo significa que todos nuestros ejes están bien definidos, que nuestros esquemas operativos están bien trazados y los conocemos de pe a pa, como luego decimos.
Sé que lograré llegar a una meta cuando conozco todos los cómos, los para qués, los cuándos, las facilidades y las dificultades con que probablemente me cruce en el trayecto. He dicho que la competitividad no es el destino, sino el camino que debemos transitar y sobre la que Chihuahua ya se encuentra perfilada. La competitividad es un proceso, el trayecto que debo tener claro antes de comenzar y que debo ir revisando en cada paso, porque ningún proceso es definitivo, todos son cambiantes como lo es la vida humana, en permanente flujo.
Existe un esquema al que recurrimos seguido los servidores públicos: “la cuádruple hélice”. No obstante, he decidido agregarle una pala más para tener así una “quíntuple hélice” que a continuación quiero detallar, partiendo del eje central de mi proyecto de gobierno municipal, hacer de Chihuahua el municipio más competitivo de México, sintetizado hoy como “Chihuahua Competitiva.”
La “cuádruple hélice” está conformada por cuatro palas: gobierno, sector productivo, academia y sociedad civil organizada. Ahora, agregamos una más: la ciudadanía. Con este nuevo esquema quiero que el proyecto de gobierno municipal, ya en marcha, continúe por la ruta de la competitividad, agrupando todos los ejes de la vida pública y teniendo claro qué papel juega cada uno:
Gobierno, es competitivo en la medida que se perfila como punto de encuentro en el resto las partes; el diálogo es el recurso que privilegia para lograr el consenso, pero antes que todo, para escuchar todas las voces, de manera que el proyecto que se formule, concentre a todas y todos los que tienen parte en el espacio geográfico gobernado desde la honestidad y la transparencia. El gobierno hace que las cosas sucedan gracias a que organiza y perfila todos los esfuerzos hacia un mismo objetivo. El gobierno es en esencia gestoría, gestionar espacios para el diálogo de todos los actores, gestionar recursos económicos para el abastecimiento de materiales que a su vez deriven en obras que aporten al desarrollo integral de la persona.
Sector productivo, el sector productivo es competitivo gracias a su participación activa desde la generación de empleos bien pagados, empleos que dignifiquen la vida humana en lo individual y en lo colectivo. Con sus aportaciones económicas y en especie permite el desarrollo de las ciudades de las que forma parte. La innovación en sus procesos y la agilización en sus cadenas de suministro, así como la suma de cadenas de valor a sus productos, permiten a este sector una mayor producción que, si se suma a una perspectiva humanista, lo traslada hacia la transformación del contexto y la mejora de la vida de las familias de sus empleados, pero también, como ganancia colateral, de la vida de todas las familias que cohabitan el espacio.
Academia, por su parte, la academia forma generaciones de profesionales críticos y socialmente responsables para, llegado el momento, insertarse en el mundo laboral poniendo al servicio de todas y todos sus herramientas técnicas e intelectuales. Las instituciones de educación superior, los profesionales de la educación en general tienen la encomienda de ser competitivos en la formación de técnicos, de ingenieros, de licenciados que desde las diversas áreas del conocimiento, presenten ideas para la materialización de nuevos proyectos, más humanos, más amigables con el medio ambiente, más incluyentes.
Sociedad civil organizada, ¿cuál es su particularidad? Las aportaciones que suma de forma extraordinaria a la agenda pública. La competitividad de la sociedad civil organizada gira en torno a sus proyectos focalizados en ciertos sectores, en especial los más vulnerables. Es tan amplio su abanico de influencia que complementa las acciones de un gobierno competitivo, así como también es pilar en el desarrollo democrático y su consolidación como proyecto de nación. Sin la sociedad civil organizada los contrapesos que balancean la vida de un país no existirían y eventualmente nos gobernarían el autoritarismo y el populismo. Es gracias a las voces críticas que se dan dentro de la academia y la sociedad civil organizada que los gobiernos son evaluados y sometidos al escrutinio que les permite enmendar sus deficiencias.
Ciudadanía, técnicamente es ciudadano aquella persona que tiene la facultad de votar y ser votado. Para efectos de esta postura, me refiero como ciudadano a toda aquella persona que forma parte del conglomerado social dentro de un territorio geográfico con un gobierno específico. Todas y todos somos ciudadanos y no es necesario que estemos dentro de una de las cuatro palas anteriores porque ésta quinta nos contiene de manera total. Aquí la clave es buscar e incentivar a la ciudadanía para que participe y tenga claro que su opinión cuenta y que, incluso, es determinante para definir el futuro de su país, de su estado, su municipio, su comunidad y su familia.
La ciudadanía será competitiva desde su participación activa en la transformación de su contexto, velando por sus intereses a través del diálogo abierto con los gobiernos, con el pago de sus impuestos, pero también proponiendo y exigiendo mejoras a través de los diversos canales.
En Chihuahua capital estamos convencidos de esto y es por ello que tenemos las vías y múltiples espacios para ello como son los “Miércoles Ciudadanos”, los “Jueves entre Vecinos”, el “Presupuesto Participativo”, “Cabildo en tu colonia”, la aplicación “Marca el Cambio”, y desde luego el 911 como número para emergencias que nos permite monitorear nuestros índices de seguridad. Más allá de un discurso hueco o populachero, con estos mecanismos estamos haciendo de la participación ciudadana una verdadera herramienta para trabajar y dar resultados en conjunto.