El Heraldo de Chihuahua

Paola Félix rompió la mesura y la austeridad

- HIROSHI TAKAHASHI

A pesar de que el titular de la UIF, Santiago Nieto, y la consejera electoral Carla Humphrey querían una boda discreta y lejos de los reflectore­s, la imprudenci­a de algunos de sus invitados puso los reflectore­s sobre el evento llevado a cabo este sábado en la ciudad de Antigua, Guatemala.

Según pudo verificar este columnista, los novios solicitaro­n a los asistentes ser mesurados tanto en los traslados como en la informació­n que se compartier­a sobre la ceremonia; primero, por un asunto de seguridad por las labores específica­s de Nieto Castillo y, en segundo lugar, para evitar escándalos que empañaran el festejo. No obstante, la presunta detención de la depuesta secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, en el Aeropuerto Internacio­nal La Aurora ocasionó que la boda estuviera en el ojo del huracán; incluso permaneció dentro de las tendencias de redes sociales durante todo el fin de semana.

La exfunciona­ria capitalina fue una de los alrededor de 300 invitados al enlace matrimonia­l. Cada uno de los asistentes debía pagar sus gastos de transporte y hospedaje. Incluso trascendió que tanto los novios como la mayoría de los presentes en el festejo llegaron al país vecino en vuelos comerciale­s.

Ni el Canciller Marcelo Ebrard, ni el titular de Aduanas

Horacio Duarte estuvieron presentes, como se ha difundido en redes; mientras que el director del IMSS, Zoé Robledo, habría cancelado su asistencia de último momento. Quienes sí acudieron fueron el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, la gobernador­a de Campeche, Layda Sansores; el exgobernad­or sinaloense Quirino Ordaz; la ministra Yasmín Esquivel y el presidente de la Cámara de

Diputados, Sergio Gutiérrez; así como familiares y amigos de la pareja.

Cada uno de los arriba mencionado­s debió encargarse de sus correspond­ientes traslados al Hotel Casa Santo Domingo, cuyos costos promedios por noche rondan los tres mil 500 pesos y ubicado a unos 20 kilómetros del aeropuerto en el que Paola Félix y un grupo de empresario­s (nos cuentan que incluso un proveedor de gobierno) causaron el revuelo por no declarar dólares en efectivo transporta­dos en un jet privado.

La pifia obligó a la también excandidat­a morenista para la alcaldía de Cuajimalpa a poner su renuncia sobre la mesa de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien al respecto dijo únicamente que en la 4T “no hay privilegio­s para los servidores públicos, y en este caso aunque era una servidora pública muy eficiente, que le echaba muchas ganas, pues cometió un error al haberse subido a un avión privado, aquí nadie puede subirse a aviones privados”.

En su cuenta de Twitter, la titular de la Secretaría de Turismo aseguró que no fue detenida y que no cometió ninguna actividad ilícita, como reveló el columnista Darío Celis. “Me encuentro en Guatemala en un evento social al que fui invitada. Viajé en un vuelo privado, es falso que haya sido detenida y es falso que el vuelo lo pagó un proveedor, No he cometido ninguna actividad ilícita pero he decidido poner a disposició­n de @Claudiashe­in mi renuncia”, informó en las redes.

La renuncia fue aceptada, pero muchas preguntas todavía flotan en el aire.

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