Gas del Bienestar, pero sin malestar estomacal
En estos tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en México hemos experimentado la intención de mayor intervención en la actividad económica, con el riesgo de reducir el oficio natural y vocacional del sector privado en lo que es su quid, desplazamientos que históricamente han traído resultados nefastos para la autonomía y autosuficiencia de las naciones cuando se reprime la mano invisible de la competencia.
Cuando un gobierno sustituye en cualquier grado la participación del sector privado en la economía, se reducen oportunidades de empleo y desarrollo para la población. El peligro entonces es que se desmantele la competencia en pañales del mercado energético –hablando del tema- y con monopolios públicos se retome el control so pretexto de propiedad nacional estratégica, apenas paulatinamente abiertos en 2016 y 2017 con la Reforma Energética de 2013, en franco retroceso. A la declaratoria del presidente “el gobierno no está pintado” el Ejecutivo avisa la creación de una empresa pública Gas del Bienestar para la venta del energético a precios accesibles para los consumidores, ya que en el mercado el gas se vende caro, con lo cual el presidente está faltando a su promesa de campaña de bajar los precios, quedando como un mentiroso en palabras del propio presidente. Bajar los precios por decreto en el mercado no puede ser de otra manera que con subsidios.
¿Dónde colocar la gravedad de subsidiar el producto básico en beneficio de las familias? La gravedad se coloca en la desarticulación de la competencia en el mercado sembrando una empresa pública condenada a operar con números rojos. Muy diferente si las exploraciones de gas y su explotación se realizaran con mayor tecnología y eficiencia, de tal forma que el producto como materia prima llegara a mejores costos con los distribuidores y concesionarios.
En cuestión de reservas de gas, México las tiene en formaciones de lutitas, nada simple como meter tubitos y ¡pum! sacar el gas, lamentablemente todavía no se invierte en forma seria ni sostenida. La administración de EPN no hizo las rondas para el desarrollo del gas de lutitas y con AMLO es menos probable que se abran las rondas de exploración. Impedir el desarrollo del gas de lutitas, es causa de precios más caros y menos disponibilidad de gas para el autoconsumo nacional. Si se hubieran hecho las rondas de exploración de gas de lutitas habría más abundancia de gas, y por ende precios más bajos para los hogares y empresas. Hubiera sido posible tener precios accesibles, sin necesidad de subsidios. La ingeniería de un sistema sustentable es que no se hagan agujeros, como apunta ser el malestar estomacal de las finanzas públicas.
Ese es el problema a mediano plazo, los costos de producción y la suficiencia del gas en forma sostenida. Probablemente el gas LP importado por Pemex y los subsidios alcancen para los últimos años de AMLO en el gobierno, así él salva su reputación en este renglón, que es lo que le interesa, pero sostenerlos a posteriori no es una garantía. (Con la participación de Jesús Galindo Noriega)