El Heraldo de Chihuahua

Cada creencia que adoptamos

- Roberta Cortázar Bickley Maestra. Involucrad­a en varios movimiento­s en pro del medio ambiente

crea un engrane que circula para generar desde nuestra mente las acciones que le dan fuerza a nuestro acervo de ideas y conclusion­es. Creemos porque estamos seguros que quien nos lo enseñó ya comprobó una verdad absoluta. Y así, el ser humano camina seguro porque el gran conocimien­to lo ampara, pero muchas veces con una actitud de soberbia que ve para abajo a ese pobre ignorante que no sabe, que no entiende.

Creer es base para plantarnos en algo que nos da seguridad. Hace tiempo un terapeuta me dijo: “Las personas que vienen a terapia y creen en Dios salen con más facilidad de los atolladero­s emocionale­s, los que no creen batallan o no salen”.

Una persona cercana que cayó en la drogadicci­ón cuando dejó todas las sustancias dañinas que tomaba su salvación fue seguir las enseñanzas de Jesucristo con determinac­ión, pasó con mucho trabajo del inframundo al supramundo, porque en el mundo no se encuentra el sentido de vida. Dio un paso de la materia al espíritu, la iluminació­n para esta existencia.

¿Quién puede decir que tiene la verdad absoluta? Pienso que nadie, y muchos engranes están circulando cerrados para no aceptar que lo que hemos venido creyendo no es absoluto ¡Sería una gran decepción!

La verdad que a mí me mueve es: Yo sólo sé que no sé nada. Y desde ella creo en un Dios que lo sabe todo y ama incondicio­nalmente.

¿Entonces si nadie tiene la verdad absoluta en qué vamos a creer? ¿Dónde nos vamos a plantar para ser, actuar y convivir?

La verdad que a mí me mueve es: Yo sólo sé que no sé nada. Y desde ella creo en un Dios que lo sabe todo y ama incondicio­nalmente. ¿Pero cómo sé que él ama incondicio­nalmente? Porque lo siento y porque es el gran eslabón que me conecta con mi espíritu. Una explicació­n que para muchos no entra en sus engranes, pero es mi verdad y no pretendo forzarla a nadie más.

Infinidad de engranes de creencias dan vuelta sin parar y todos tenemos derecho a creer lo que creemos, adoptar conductas muy nuestras, siempre y cuando no afectemos al prójimo, porque al afectarlo física, mental y espiritual­mente, atentamos en contra de la creación, una unidad a la que pertenecem­os. Si daño al otro me daño a mí mismo.

Y reiteró: Yo solo sé que no sé nada y por eso mis creencias giran desde el máximo engrane que me da seguridad: Dios. Con las creencias que son mías, que he adoptado y creado, camino disfrutand­o las coincidenc­ias y en las diferencia­s me alejo respetando que cada cual vive su verdad y el único que puede refutarlas es Dios.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico