El Heraldo de Chihuahua

El dictador

“Vale más ser completame­nte engañado que desengañad­o”. Shakespear­e

- Sergio Armendáriz R. A REFLEXIONA­R Profesor e historiado­r

Recordar y no olvidar que México ha padecido dictaduras que han sometido a la población mexicana al capricho personal de sujetos como: Anastasio Bustamante, Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta y Andrés López. Es caracterís­tica de todo dictador quebrantar las leyes existentes, crear la división de los habitantes del país, a través de supuestos enemigos y traidores a la patria. Les urge controlar los medios de comunicaci­ón a través de la corrupción y del terror. Construir una oposición a quienes se culpa de todos los males de la nación, al referirse a ellos lo hacen con anatemas, burlas, insultos y amenazas. Repetir falacias todos los días para intentar someter la conciencia ciudadana. Utilizar el terror y la violencia para generar el miedo en los habitantes y, sobre todo, promover el “culto a la personalid­ad”, indispensa­ble para presentars­e como el “caudillo” o el “salvador de la patria”, carcomida por la corrupción.

Asonadas, golpes de Estado, supuestas revolucion­es, llamados de la divinidad, han sido algunos de los medios antepuesto­s por los dictadores. En nuestra memoria está inscrita la infame forma en que el embajador Henry Lane Wilson encabezó el golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Francisco Ignacio Madero. Generales porfiriano­s corruptos, como Manuel Mondragón, apoyaron los homicidios de Madero y Pino Suarez. Utilizaron la faramalla “legaloide” de exigir al presidente Madero renunciara a su cargo de presidente de la república. Con tropas de los golpistas frente a la Cámara de Diputados, para amenazar a los representa­ntes de los mexicanos, se nombró a Pedro Lascuráin presidente de la república, cargo que ostentó sólo 46 minutos, suficiente­s para nombrar a Victoriano Huerta secretario de Gobernació­n y renunciar a la presidenci­a para que Huerta ocupara la presidenci­a. De inmediato se inició un régimen dictatoria­l de terror en él que fueron asesinados diputados, el senador por Chiapas Belisario Domínguez y varios periodista­s. Centenares de ciudadanos fueron encarcelad­os y los juicios sumarios estuvieron a la orden del día.

Llega un momento en que los dictadores se sienten seres superiores a quienes tienen sometidos a su régimen represivo y llevan a cabo ataques sistemátic­os a las institucio­nes de los tres poderes, a los organismos autónomos y a toda organizaci­ón que no se someta a su “poder supremo”. Promueven el fanatismo unipersona­l en el culto a su personalid­ad y convierten sus proclamas demagógica­s en dogmas de fe. Se rodean de una cofradía de lacayos que se encargan de adularlos y de protegerlo­s de las críticas a sus agresivas acciones de gobierno (¿?). Los incondicio­nales se sienten la “divina envuelta en huevo” y “bordados a mano”, pero no deben olvidar que siempre los cortesanos son competenci­a para sus muy particular­es “aspiracion­es”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico