Despiden a arzobispo emérito J. Fernández
La comunidad de Santa Inés, obispos, sacerdotes y religiosas de la orden Hermanas Diocesanas de Nuestra Señora de los Ángeles asistieron a la misa exequial de monseñor José Fernández Arteaga, arzobispo emérito de Chihuahua, quien partió a la casa del Padre el viernes 17 de diciembre, en su tierra natal, en Michoacán.
En la ceremonia religiosa estuvieron presentes Javier Navarro Rodríguez, obispo de Zamora, Michoacán; Armando Antonio Ortiz Aguirre, obispo de la diócesis de Lázaro Cárdenas, Michoacán; José de Sahagún de la Parra, obispo emérito de Lázaro
Cárdenas; Rafael Sandoval Sandoval, obispo de Autlán, Jalisco, además de las hermanas religiosas Durante la homilía se destacó que monseñor Fernández Arteaga ha salido llamado en el tiempo de Adviento, y sostiene ahora un diálogo intenso con aquel que es la vida, quien ha querido hacerse uno de nosotros.
“Las comunidades de Michoacán, Colima, y Chihuahua darán fe que el pastor en vida desplegó su actividad, su celo pastoral, su caridad intensa, por las comunidades a las que fue enviado, y que él enteramente sirvió. A nuestro hermano tan activo en medio de este periodo de descanso y jubilación, se ha despedido al encuentro del Señor de la Vida. Brille para él la luz perpetua”, expresó.
En la ceremonia se leyó la condolencia del papa Francisco, y un mensaje emitido por la Conferencia Episcopal de México, luego se encendió una luz.
También se colocaron sobre el ataúd los signos episcopales, como su vestidura y ornamenta episcopal, y se colocó su báculo a un costado, mientras en un punto cercano se lanzaba pirotecnia en su memoria.
El padre José Porras Méndez expresó en nombre del señor arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, sus condolencias a las hermanas diocesanas, quienes perdieron a su padre fundador, además de transmitir un abrazo del señor arzobispo, del clero y los fieles de Chihuahua a los creyentes, quienes sufren la pérdida de su padre y pastor. “Caluroso saludo y bendiciones para los familiares de don José, su hermano Jesús, quien estuvo presente, a María, quien siguió la transmisión desde Los Ángeles. Caluroso saludo a la comunidad de Santa Inés, que recibieron los últimos años de su vida al arzobispo emérito, que lo acompañaron y que le brindaron su cariño y su amor".