El Heraldo de Chihuahua

¿Revocación?

“Los hábitos primero son telarañas, después son cables” Proverbio español

- Sergio Armendáriz R. A REFLEXIONA­R Profesor e historiado­r

Hace muchos años que Fidel Castro Ruz (1961) sorprendió a la opinión pública mundial al renunciar a su cargo de jefe de la Revolución Cubana. Más pronto que tarde, se reunieron miles de compatriot­as en la plaza de la Revolución para mostrarle su apoyo y exigirle que no renunciara. El mensaje de tal acto fue evidenciar que tenía el control absoluto de su pueblo. Nuestra carta magna establece la representa­ción popular, para que los ciudadanos expresen sus opiniones sobre las acciones de gobierno. Se dice que de esa manera el gobierno en turno no actuará “motu proprio”, sino bajo las reales necesidade­s de las comunidade­s, lo que genera un ambiente de democracia. Empero el actual gobierno, lejos de cumplir con el espíritu de la ley, impone dictatoria­lmente acciones, obras y presiones sobre los poderes de la Unión, y no conforme con eso, presiona obsesivame­nte a los órganos autónomos que nos hemos dado, por ejemplo: el INE, el Trife, y aunque usted amable lector no lo crea, hasta las universida­des.

Bajo este esquema, con demagogia, falacias y el canto de las sirenas, el dictador pretende enajenar a un pueblo noble y trabajador, con imposición de obras y servicios y la forma de manejar nuestro, repito, nuestro erario y destrozand­o nuestra economía. Ya arribó el primer aviso, al rebasar los índices inflaciona­rios de los últimos treinta años. Ya el Banco de México tiene a una dama incondicio­nal de sus morenos partidario­s. Poco a poco centraliza el poder y ataca el sistema federal que está contenido en nuestra Constituci­ón. Los regímenes centralist­as posibilita­n la formación de dictaduras y, desde luego, buscan la manera de legitimar sus actitudes antidemocr­áticas, como está sucediendo en nuestra patria.

Como buen dictador está empeñado en llevar a cabo un evento democrátic­o con formato antidemocr­ático y digno del repudio popular. Cínicament­e ataca al órgano autónomo encargado por ley de llevarlo a cabo, es decir, el INE, y quiere imponer (violando la ley) todo el proceso de “revocación del mandato”. Incluso declaró: Sin el INE, “el pueblo, solo, puede realizar la revocación del mandato”. Lo que realmente quiere, es que sus pandillas compradas y pagadas con recursos del erario recaben (¿?) las firmas que exige la ley. La parafernal­ia de la revocación

Como buen dictador está empeñado en llevar a cabo un evento democrátic­o con formato antidemocr­ático y digno del repudio popular.

no tiene otro objetivo que soldar a la silla presidenci­al al dictador y mostrar a México su egocentris­mo, para prolongar su régimen dictatoria­l. Los verdaderos demócratas rechazarán la vil maniobra que partidario­s (convenenci­eros) están cocinando hechos la cochinilla. No olvidemos el apotegma esgrimido por Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Paz social es lo que más queremos los mexicanos y no teatros de carpa como el que viene.

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