¿Revocación?
“Los hábitos primero son telarañas, después son cables” Proverbio español
Hace muchos años que Fidel Castro Ruz (1961) sorprendió a la opinión pública mundial al renunciar a su cargo de jefe de la Revolución Cubana. Más pronto que tarde, se reunieron miles de compatriotas en la plaza de la Revolución para mostrarle su apoyo y exigirle que no renunciara. El mensaje de tal acto fue evidenciar que tenía el control absoluto de su pueblo. Nuestra carta magna establece la representación popular, para que los ciudadanos expresen sus opiniones sobre las acciones de gobierno. Se dice que de esa manera el gobierno en turno no actuará “motu proprio”, sino bajo las reales necesidades de las comunidades, lo que genera un ambiente de democracia. Empero el actual gobierno, lejos de cumplir con el espíritu de la ley, impone dictatorialmente acciones, obras y presiones sobre los poderes de la Unión, y no conforme con eso, presiona obsesivamente a los órganos autónomos que nos hemos dado, por ejemplo: el INE, el Trife, y aunque usted amable lector no lo crea, hasta las universidades.
Bajo este esquema, con demagogia, falacias y el canto de las sirenas, el dictador pretende enajenar a un pueblo noble y trabajador, con imposición de obras y servicios y la forma de manejar nuestro, repito, nuestro erario y destrozando nuestra economía. Ya arribó el primer aviso, al rebasar los índices inflacionarios de los últimos treinta años. Ya el Banco de México tiene a una dama incondicional de sus morenos partidarios. Poco a poco centraliza el poder y ataca el sistema federal que está contenido en nuestra Constitución. Los regímenes centralistas posibilitan la formación de dictaduras y, desde luego, buscan la manera de legitimar sus actitudes antidemocráticas, como está sucediendo en nuestra patria.
Como buen dictador está empeñado en llevar a cabo un evento democrático con formato antidemocrático y digno del repudio popular. Cínicamente ataca al órgano autónomo encargado por ley de llevarlo a cabo, es decir, el INE, y quiere imponer (violando la ley) todo el proceso de “revocación del mandato”. Incluso declaró: Sin el INE, “el pueblo, solo, puede realizar la revocación del mandato”. Lo que realmente quiere, es que sus pandillas compradas y pagadas con recursos del erario recaben (¿?) las firmas que exige la ley. La parafernalia de la revocación
Como buen dictador está empeñado en llevar a cabo un evento democrático con formato antidemocrático y digno del repudio popular.
no tiene otro objetivo que soldar a la silla presidencial al dictador y mostrar a México su egocentrismo, para prolongar su régimen dictatorial. Los verdaderos demócratas rechazarán la vil maniobra que partidarios (convenencieros) están cocinando hechos la cochinilla. No olvidemos el apotegma esgrimido por Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Paz social es lo que más queremos los mexicanos y no teatros de carpa como el que viene.