VOLABA EN EL ARCO
MAX MARÍN, HIJO DEL MÍTICO PORTERO, REMEMORÓ A SU MÁXIMO EJEMPLO DE VIDA Y DETALLÓ EL LEGADO DEL GATO EN EL FUTBOL MEXICANO
Es una de las más grandes leyendas de Cruz Azul. Miguel Marín tuvo un arribo curioso al equipo cementero, debido a que el arquero fue recomendado por Panchito Hernández, directivo del América y gran visor de jugadores, a Raúl Cárdenas, entonces entrenador del conjunto cementero y a Guillermo Álvarez Macías, su presidente. El de los cremas se había percatado de su talento después de varias giras, pero jamás imaginó todo lo que perdería. Pudo llevarlo a su equipo, sin embargo, siempre lo observó de lejos. La llegada deMarín se concretó en diciembre de 1971 e hizo grande al equipo celeste. Con atajadas espectaculares, lances de otro mundo, además de la seguridad, imbatibilidad y liderazgo que lo caracterizaron, fue bautizado como Superman y se convirtió en pieza fundamental de la época más gloriosa del club con cinco títulos de Liga, un Campeón de Campeones y otro de Concacaf..
Fue un parteaguas de las porterías en el futbol mexicano y considerado como uno de los mejores extranjeros en llegar a nuestro país en toda la historia, debido a que fue quien lo cambió todo en su posición y puso el ejemplo en cuanto al amor por los colores.
A pesar de ser argentino se convirtió en cruzazulino y se tatuó el escudo cementero en el corazón, por él entregó su mejor nivel por toda una década bajo los tres postes del equipo de La Noria.
Lamentablemente el 30 de diciembre de 1991 dejó de latir su corazón. Un infarto fulminante le arrebató la vida a los 47 años. Hoy se cumplen exactamente 30 años de su partida y Max Marín, su hijo, ofreció una gran charla con el Diario de los Deportistas, donde explicó a fondo todo lo que dejó su padre en las canchas mexicanas.
"Yo creo que su legado se divide en dos: Primero el de su profesionalismo, el compromiso que tenía, el sentido de pertenencia que creó por su equipo. En Cruz Azul dejó una mano, dedos rotos, lo que fuera necesario para que el club ganara un partido y un campeonato", expresó con gran emoción, que ni la distancia por teléfono pudo ocultar.
"En lo futbolístico; en lo técnico-táctico de la posición; el jugar el área, porque en esa
El del Gato surgió en Argentina por lo ágil que era, por los ojos. El de Superman es toda de Ángel Fernández, ahí sí sé quién fue, fue un tipo espectacular, se le ocurrió en uno de esos lances y salió. Jamás lo planeó, fue una inspiración de momento. ‘Lo vi con la capa volar como Superman’ y se le quedó. Del primero, en otros lados me han preguntado y no sé quién se lo dijo por primera vez"
Por supuesto que ESTO está entre los periódicos de colección, porque le sacaba muchas notas. Nos sirvieron muchísimo para que mis hijos conocieran quién fue su abuelo. Lo leen y lo ven. Un placer tener esos regalos de la gente, da mucho gusto revisarlos"
MAX MARÍN
HIJO DE MIGUEL MARÍN
época no se utilizaba, casi todos jugaban pegaditos a la línea de gol. Cortar los centros, los tipo de despejes rápidos y con tanta fuerza con el brazo, que los llegaba a mediacancha, eso en México no se veía", siguió con el recuerdo vivo de su máximo mentor.
Max lo observó todo desde su infancia. Miguel Marín fue su héroe. "A todos nos pasa. Todos vemos a nuestro papá como si fuera Superman. Cuando tienes pocos años no entiendes la magnitud, no mides el grado como lo hacemos hoy, en el aspecto de cómo lo quería la gente y lo seguía, dentro y fuera de la cancha. A 30 años de que se fue, se le sigue queriendo. Es algo que nunca vamos a tener con qué agradecer", afirmó Max. El guardián azul, con su peculiar suéter a rayas, no sólo fue grande en el campo, "nos dio muchos ejemplos. El de su profesionalismo, el respeto que le tenía a su trabajo, el cómo exigía a uno mismo a dar el máximo. Sin duda fue un ejemplo de vida, eso nunca se va a olvidar. Lo veía en el día a día, cómo ponía el ejemplo, no sé podía hacer más abajo de eso", cerró.