El Heraldo de Chihuahua

Son muchas las aspiracion­es y deseos

- Mario Góngora Hernández Licenciado en Administra­ción de Empresas e instructor en programaci­ón neurolingü­ística

del ser humano para este año, aun siendo prohibido por el gobierno, sabiendo que rara vez completare­mos los 12 meses cumpliendo cualquiera de ellos. Casi todo es personal, pensando solamente en nosotros mismos, pero si pudiéramos todos pensar en un propósito común, que no únicamente podríamos tener y lograr, sino que es vital para la superviven­cia de nuestra sociedad. Me refiero a al menos intentar ser bondadosos la mayor parte del tiempo. Sin él, la sociedad seguirá en el mismo camino que ha tomado y llevado ya por muchos años.

Ser bondadosos requiere empezar ahora mismo. Si deseamos hacer algo bueno por nuestros semejantes, permitámon­os hacerlo ahora, sin dejarlo para más tarde. Se trata de estar pensando en los demás, ayudando de cualquier forma que podamos a otros. Esto implica, por supuesto, no hacer daño a nadie y procurar retomar nuestro carácter sereno y apacible. Ser bondadoso, dicen los diccionari­os, es ser “benévolos, buenos, benignos, caritativo­s, misericord­iosos, abnegados, afables, clementes, compasivos, cordiales, filántropo­s, humanitari­os, indulgente­s, magnánimos, sensibles, tiernos, tolerantes, amables y generosos...”. O sea, tenemos muchas opciones...

El que intente tomar este propósito no lo logrará todos los días, pero si matizamos nuestros pensamient­os con bondad, nuestras ambiciones con la protección de los demás y todas nuestras acciones con determinac­ión, será factible lograrlo. Al hacerlo, debo decir, recibiremo­s algunas críticas, y algunas de éstas pueden venir de amistades y hasta de familiares, por pensar diferente, pero las satisfacci­ón al ayudar en realmente mayúscula.

Si sólo intentamos radiar un poco de buen humor, de esperanza, de buena voluntad durante el día, ciertament­e que lo que se nos regresa no tiene precio. Podemos vivir el presente hasta nuestro límite, sin tener que esperar que llegue el día de mañana para empezar a gozar. Las puertas de la felicidad realmente se

La rabia, el odio, la malicia, los resentimie­ntos y la envidia, son realmente venenos que tratarán de impedir nuestro propósito.

abren. Y el que no lo crea, inténtelo por varios días y vea y sienta los resultados.

La rabia, el odio, la malicia, los resentimie­ntos y la envidia, son realmente venenos que tratarán de impedir nuestro propósito. Estos estados emocionale­s lucharán por frenarnos. Nos ocasionará­n fracasos, quizá nos resten amigos, reducirán nuestras energías, y ciertament­e que podemos hasta enfermar si los dejamos que tomen posesión sobre nuestros pensamient­os y nuestras acciones.

¿Podremos ser optimistas, bondadosos y comedidos con todos, así como sinceros y optimistas a pesar de cualquier situación? El que lo ha intentado afirma que sí, pues parte de lo que despierta en el ser humano el ser bondadoso, es la comprobaci­ón que la bondad es más fuerte que la maldad y el odio. El solo hecho de comprobar que se es feliz haciendo feliz a alguien más nos da una de las más placentera­s vidas.

No intentemos hacer bondadoso a todo el mundo, nuestro deber es hacernos bondadosos a nosotros mismos.

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