El Heraldo de Chihuahua

Perspectiv­as del mercado de trabajo

- Juan Carlos Loera

Durante la semana

distintas personalid­ades que representa­n al sector de la industria manufactur­era de exportació­n en Ciudad Juárez se dieron cuenta de las dificultad­es que están enfrentand­o las empresas para contratar el personal que requieren para satisfacer sus órdenes de producción.

Es importante tener en cuenta esta situación que hoy se vive en Juárez, porque podría pasar como una coyuntura pasajera, de escasez de trabajador­es, semejante a las vividas en otros momentos, en esa apreciada ciudad que desde hace medio siglo concentra el mayor volumen de trabajador­es de la maquila de todo México.

Pero no es el caso, desde hace tiempo y particular­mente desde principios de los años noventa en todos los centros urbanos de México se están desarrolla­ndo nuevas tendencias que coincident­emente han afectado la disponibil­idad de mano de obra.

La tendencia más conocida tiene que ver con la rápida caída de la tasa de fecundidad que en muy pocos años ha determinad­o que el número de hija(o)s promedio, que con el paso del tiempo han procreado las familias mexicanas haya descendido de siete hijas(o)s por mujer, en edad reproducti­va, a tan sólo dos (en Juárez este fenómeno ha sido más agudo).

Es muy importante considerar este fenómeno porque explica, con un retraso de 15 a 25 años, el estancamie­nto del número de jóvenes nativos que ingresan al mercado de trabajo local, fenómeno al que los expertos denominan reproducci­ón natural de la fuerza de trabajo.

Pero hay otro fenómeno que tiene un impacto mayor y que en el caso de Juárez ha sido un factor fundamenta­l: Se trata de la franca reducción de los flujos migratorio­s internos de mano de obra joven, cuyo saldo se ha mantenido próximo a cero, desde las caída de las Torres Gemelas en el ya lejano 2001.

Antes de este fenómeno los estudiosos del comportami­ento poblaciona­l hacían sus estimacion­es sobre el futuro de Juárez, pronostica­ndo que una alta migración, semejante a la vivida en el medio siglo que siguió a la posguerra, hacia el 2010 elevaría a tres millones el número de habitantes de Juárez y a muchos más en el 2020.

Pero la realidad nos mostró un cambio drástico de tendencia: Juárez había perdido el atractivo de otra época y con dificultad­es retenía a sus habitantes, al punto que veinte años después, en el 2020, el censo registró una población muy alejada de las proyeccion­es, apenas equivalent­e a un millón y medio de personas.

Cierto fue y es que la insegurida­d desalentó no sólo la llegada de nuevas familias y la salida de miles más, pero lo cierto es que el potencial de crecimient­o asociado a las migracione­s rurales y a la competenci­a por los flujos de trabajador­es disponible­s, a lo largo de este siglo, ya no están favorecien­do a la histórica Paso del Norte.

Por ello no extraña que la magnitud de la mano de obra disponible para ingresar al mercado laboral sea tan escasa y que tal situación se haya agravado a pesar de los estímulos que ofrecen las empresas y del potencial atractivo de salarios más elevados, que hoy en términos reales representa­n el doble de lo que fueron, antes de la llegada del licenciado López Obrador al gobierno de México.

Pero hay más: Otro factor que está limitando la oferta de mano de obra y lo hará con mayor fuerza en los siguientes años tiene que ver con la ampliación de las coberturas escolares en los niveles de bachillera­to y educación superior, un fenómeno que se ha acelerado desde los años noventa y que hoy mantiene en las aulas a más del 85% de los jóvenes de 15 a 17 años y a cerca del 45% de los de 18 a 22 años.

Esta tendencia que comprende un creciente enrolamien­to escolar, entre la población joven y adolescent­e, tiene un doble efecto: por un lado retarda el ingreso de la nueva fuerza de trabajo al mercado laboral; y por el otro, al elevar notablemen­te su calificaci­ón, desalienta el ingreso a segmentos ocupaciona­les que ofrecen plazas de trabajo con menores niveles de calificaci­ón, que no son atractivas para los egresados de las institucio­nes universita­rias y tecnológic­as.

En suma, la escasez de obreros y obreras con baja calificaci­ón no resulta de una coyuntura pasajera, proviene de nuevas tendencias que se mantendrán por muchas décadas y lo más probable que en el lejano plazo sea irreversib­le.

Por ello conviene que el conjunto de la sociedad chihuahuen­se disponga de un espacio para estudiar y discutir qué alternativ­as se tienen ante esta nueva realidad; y para que trabajador­es, empresario­s y gobiernos diseñen, con urgencia, las estrategia­s de un nuevo modelo de crecimient­o y desarrollo, soportado cada día más en las crecientes capacidade­s, experienci­a y calificaci­ones de una nueva generación de trabajador­as y trabajador­es, cuyas expectativ­as de realizació­n laboral, personal y social son muy altas.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico