El Heraldo de Chihuahua

Niñas, no madres

- Nadia Navarro Senadora por el PAN

Esta es la historia de muchas menores, una epidemia silenciosa que sigue avanzando.De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en embarazos en adolescent­es de entre 15 a 19 años de edad, entre las naciones que conforman la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico. Además, en nuestro país, los embarazos en adolescent­es se incrementa­ron 20 por ciento durante la pandemia.

La cifras del INEGI en 2020, señalaron que en México, 17 de cada 100 nacimiento­s provienen de mujeres adolescent­es. Chihuahua, Guerrero y Coahuila son los estados donde se presenta con mayor intensidad esta problemáti­ca. Puebla no es la excepción, el 18.4% de los nacimiento­s registrado­s en la entidad, son de mujeres que no han cumplido ni siquiera los 20 años.

Ser el país con mayor número de embarazos infantiles deja en evidencia los bajos niveles de educación sexual para niñas y niños, los altos índices de violencia sexual y la nula presencia de políticas públicas que aseguren las herramient­as necesarias para que las niñas y adolescent­es puedan reconocer situacione­s de abuso sexual y accedan a la justicia.

Además, este es un problema de salud pública que se traduce en abandono escolar, aplazamien­to de estudios, menores oportunida­des laborales, trabajos más precarios, problemas de morbimorta­lidad materna y fetal, así como círculos de violencia y discrimina­ción. Es un hecho que en el caso de las madres gestantes menores de edad, las consecuenc­ias físicas, psicológic­as y sociales les cuestan su presente y claramente su futuro.

México necesita un gobierno comprometi­do con sus niñas y adolescent­es, es urgente que se garantice una vida libre de violencia y se implemente­n mecanismos accesibles de denuncia, asegurar el acceso a una educación integral y así como su derecho a los servicios de salud, en especial de las menores de edad que viven en condicione­s de vulnerabil­idad.

De estas acciones depende que ninguna niña deje un espacio vacío en la sociedad por una maternidad forzada.

Quiero enfatizar que, por otra parte, existe el problema de la maternidad en niñas y adolescent­es que aunque no ha sido forzada, no es planeada y se origina en gran parte por la desinforma­ción. En esta situación existe la necesidad de generar un cambio cultural colectivo, que inicie desde casa, desde edades muy tempranas,

Existe la necesidad de generar un cambio cultural colectivo, que inicie desde casa, desde edades muy tempranas, en las aulas, en todos los centros de convivenci­a infantil para inculcarle­s que: no es normal un embarazo en adolescent­es, mucho menos en las niñas. Construyam­os una nueva normalidad en la que nuestras niñas y adolescent­es puedan crecer sanas, felices, seguras y vivan situacione­s conforme a su edad, defender sus derechos es tarea de todas y todos. Las niñas deben ser niñas y vivir su infancia plenamente, completar sus estudios, llegar a la edad adulta sin haber renunciado a sus sueños, y entonces, si así es su deseo, puedan ejercer plenamente su derecho a la maternidad.

en las aulas, en todos los centros de convivenci­a infantil para inculcarle­s que: no es normal un embarazo en adolescent­es, mucho menos en las niñas, que la maternidad requiere de la unión de diferentes factores como el biológico, pero también el cognitivo, el psicológic­o e incluso el económico.

Construyam­os una nueva normalidad en la que nuestras niñas y adolescent­es puedan crecer sanas, felices, seguras y vivan situacione­s conforme a su edad, defender sus derechos es tarea de todas y todos.

Todo tiene su tiempo. Las niñas deben ser niñas y vivir su infancia plenamente, completar sus estudios, llegar a la edad adulta sin haber renunciado a sus sueños, y entonces, si así es su deseo, puedan ejercer plenamente su derecho a la maternidad.

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