In memoriam (I)
(En honor a los compañero médicos, enfermería y todo personal de salud que han perecido heroica y altruistamente en esta terrible pandemia)
“Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”. Bertolt Brecht.
En mis más de 40 años de práctica profesional en este noble y por demás interesante quehacer de la medicina, nunca he dejado de maravillarme de los milagros que nos brinda la vida, de lo macro hasta lo micro e incluso la magnitud e inmensidad del Universo.
El conocimiento profundo del Ser Humano en su cuerpo y en su mente, así como en sus manifestaciones (conducta).
La Humanidad ha pasado por muchas catástrofes de todo tipo (pandemias, guerras, etc.) que han cambiado radicalmente la historia y su destino, como lo ha sido ésta tremenda pandemia del virus COVID-19 (un nuevo agente infeccioso).
El aprendizaje sobre como enfrentarlo para tratar de detenerlo, con los menos estragos y menos morbi-mortalidad, las maneras y las medidas de prevenir la infección, así como su transmisión para detener la aparición de nuevos casos, la estrategia de las vacunas por su pronto desarrollo gracias a la biotecnología, pero sobre todo la atención del equipo médico, del equipo de enfermería y todo el personal de salud de una manera ética, realista, heroica y profesional como se requiere en ésta noble y difícil profesión es lo que nos ha permitido sobrellevar éstos complicados momentos en el mundo.
Para ser uno de estos profesionales, se necesitan ciertas cualidades a desarrollar para que sea trascendental, tales como: vocación, confianza, respeto, interés, comprensión, empatía, resistencia física y mental para devolver la salud al que sufre de tal o cual enfermedad y prevenirla a los que no se han enfermado. Estar siempre consciente de nuestras propias limitaciones y ahora de las limitaciones materiales que se vieron rebasadas por el desarrollo rápido de la pandemia, ya que es un virus agudo y no como el VIH que es crónico.
El sistema de salud mundial se enfrentó al reto jamás visto en la era moderna desde las catástrofes de la primera y segunda guerra mundial, y otras más que estremecieron a la humanidad en todos los aspectos sociales, políticos, económicos y culturales.