Histórica destrucción en Los Berros, Morelos
Con machetes en mano y el rifle a la espalda, cada uno de los agentes destruía la planta desde la raíz
Un grupo de al menos 90 efectivos pertenecientes al 61 Batallón de Infantería de Tonalá, Chiapas quienes viajaron en apoyo a la erradicación intensiva se apostaron en la comunidad de “Los Berros” ubicada al sur del municipio de Morelos, Chihuahua desde el pasado 15 de enero.
Un helicóptero MI-17 de la Fuerza Aérea Mexicana perteneciente a la Base Aérea Militar de Santa Lucía, los trasladó desde la Base de Guachochi, haciéndose acompañar por al menos 5 tripulantes del tercer grupo aéreo quienes se encargan de los respectivos vuelos.
Tras cerca de 40 minutos y alcanzado una altura de hasta 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar hasta llegar a la zona de los sembradíos, las 3 bases conformadas por 30 elementos cada uno, arribaban a la intrincada zona para primeramente asegurarla y proceder a la destrucción.
En el lugar, cerca de mil metros cuadrados se destruyeron para habilitarse por los elementos como la pista de aterrizaje y despegue para el helicóptero y de tal manera dotarlos de provisiones, así como cualquier emergencia que pudiera surgir ya que permanecerán por más de 1 mes en dicho punto debido al número de plantíos localizados.
Una pileta de troncos de madera adaptada con hules negros fue detectada de manera inmediata, kilómetros de manguera negra corrían hacia lo interminables sembradíos de amapola, unos ya habían sido “rayados” como primer proceso por parte de sus apoderados.
Con los protocolos respectivos del Ejército Mexicano, se ubicó el primer sembradío, causó impresión que tras la respectiva medición alcanzaba más de 27 mil metros cuadrados, lo que equivale a 2. 7 hectáreas, algo que para ellos es catalogado como una cantidad considerable.
Dos agentes técnicos, notificaron vía radio operador a la base de Guachochi las coordenadas y las medidas del sitio donde se ubicó el enervante.
Se continuaba caminando por el terreno de “Los Berros” entre piedras, arroyos, ramas y desde luego las plantas de amapola, al fondo al menos dos hogares se lograban visualizar sin que nadie se asomará de los mismos.
Tras 5 kilómetros avanzados, los elementos decidieron dejar de “peinar” por el momento la zona, iniciando con la destrucción a la brevedad posible ya que cada base destruye una hectárea por día.
Con machetes en mano y el rifle a la espalda, cada uno de los agentes con su misión encomendada destruía la planta, es necesario arrancarla desde la raíz según informaron, ello debido a que debido a la humedad en el lugar, esta misma vuelve a brotar. Mientras unos oficiales “arrancaban” la siembra, otros buscaban troncos para poder extender las “camas” de madera que permitirán realizar la respectiva quema, la cual inició tras los respectivos montones acumulados.
Paso a paso se avanza en la destrucción total, la jornada diaria inicia a las 8 de la mañana y culmina a las 5 de la tarde, los elementos calculan hasta el momento al menos 15 hectáreas de dicha cañada sin terminar de avanzar en su totalidad el lugar.