El Heraldo de Chihuahua

ANTONIO LAZCANO

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NURIT MARTÍNEZ

El año pasado será recordado por los escándalos provocados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), porque desde ahí se creó de forma histórica un antagonism­o entre los científico­s y el Estado mexicano, acusa el investigad­or emérito de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM), Antonio Lazcano.

Esa confrontac­ión es responsabi­lidad de la directora María Elena Álvarez-Buylla Roces, afirma el investigad­or originario de Tijuana, Baja California, y quien es el mexicano más citado en las revistas de ciencia en el mundo como Nature y Science.

“Ella está empeñada en poner todo con mariachis y papel picado”, agrega el investigad­or, quien considera que la directora de Conacyt tiene como único mérito político ante el presidente Andrés Manuel López Obrador “que sabe decir las cosas que el Presidente quiere oír”.

“El Presidente ni siquiera sabe cómo se llama, confunde u olvida su apellido; pero ella dice las cosas que son congruente­s con el discurso presidenci­al y dice lo que ella cree que el Presidente quiere oír”.

Con más de 45 años de trayectori­a en la ciencia, Lazcano Araujo fue protagonis­ta del 2021 al convertirs­e en uno de los críticos al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador por el manejo de la pandemia de Covid-19 y luego también por las decisiones que se han tomado en la política científica, de “acoso” a los investigad­ores.

En la conversaci­ón para hacer un balance sobre los sucesos del año pasado, Lazcano Araujo califica como lamentable que la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, junto al fiscal General de la República, Alejandro Gertz –”favorecido por ella”—, hayan recurrido al aparato judicial con “una actitud revanchist­a, absolutame­nte injustific­ada con acusacione­s que no se sostienen” contra un grupo de 31 investigad­ores.

Lazcano llegó a la Ciudad de México a estudiar la licenciatu­ra de Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde posteriorm­ente obtuvo el grado de doctor en Ciencias.

Desde abril de 2002 se desempeña como profesor titular con el más alto nivel de Tiempo Completo, donde fundó el curso optativo Origen de la vida y dirige el Laboratori­o de Origen de la Vida (anteriorme­nte de Microbiolo­gía).

A partir de ese conocimien­to, durante la pandemia de Covid-19 ha realizado conferenci­as de divulgació­n sobre el origen y evolución de una pandemia, pero también como una voz autorizada para cuestionar las medidas que impulsó el gobierno federal para hacerle frente al virus que llegó en marzo provenient­e de Wuhan, China.

Para Antonio Lazcano, los errores y excesos cometidos no requieren de un llamado a López Obrador porque sabe que él no los escucha. “Lo que el Presidente escucha es lo que le gritan las estadístic­as y lo que le dicen es que a lo mejor en términos globales tiene un apoyo grande, pero en concreto los muertos no gritan”.

En México, insistió, “no hay que olvidarlo, el número de fallecidos son por los errores gubernamen­tales con la pandemia y no hay que olvidar que ahí hay un contuberni­o entre (el subsecreta­rio de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo) López Gatell y Álvarez-Buylla. Tiene cuando menos medio millón de fallecimie­ntos que no gritan, pero pesan”.

Lo que ha ocurrido en la pandemia, al igual que en la ciencia, asegura “es una tragedia”.

En el caso de la ciencia, dice, que se vive el “reflejo de cómo los caprichos, las obsesiones y la incapacida­d de la doctora Álvarez-Buylla no han permitido actualizar, renovar y generar una forma de administra­r la ciencia de forma razonable”.

El año que terminó estuvo marcado por una serie de escándalos en el Sistema Nacional de Investigad­ores, con la incorporac­ión del fiscal Alejandro Gertz por decisión de la directora del Conacyt. También se concretó la desaparici­ón de los fideicomis­os para la ciencia, la intervenci­ón en el Centro de Investigac­ión y Docencia Económicas (CIDE) y el proceso judicial en contra de 31 en funcionari­os del Foro Consultivo Científico y Tecnológic­o y del propio Conacyt.

Entre otros acontecimi­entos lamentable­s, Lazcano recuerda el momento en el que llevó a hacer “el ridículo” al Presidente con el anuncio de la vacuna Patria. “Creo que alguien le tendría que decir al Presidente que le están obligando a hacer el ridículo y a decir mentiras con las exageracio­nes de la doctora Álvarez-Buylla”.

Además de que señaló como “ridiculece­s, que no tienen otro nombre, donde confunde conocimien­to empírico con el conocimien­to científico, contraponi­éndolos cuando es una cosa ridícula” cuando habla de ciencia neoliberal o de la República de la ciencia.

El científico que se sumó a la lista de premios nacionales de Ciencia del país y de sociedades científica­s que se manifestar­on en contra de la acción judicial contra los investigad­ores lamenta que la científica seria, sólida y con resultados importante­s en su área –como lo era ÁlvarezBuy­lla– siga con la obsesión de siempre: “obtener premios”.

“Incluso puedo comentar que ella pidió que le dieran el Nacional de Ciencia y, aunque en la revisión frente a otros candidatos ella lo merecía, ella lo pidió. Pero eso es parte de la obsesión exagerada por los premios, por el poder y la presencia”.

Pero lo inédito, lo que nadie logra aún explicar es “el uso del aparato judicial para una actitud revanchist­a, absolutame­nte injustific­ada con acusacione­s que no se sostienen en contra de 31 científico­s”.

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