El Heraldo de Chihuahua

HEMOS DEJADO DE SER SOLIDARIOS POR DEFENDER A LOS POLÍTICOS

- NURIT MARTÍNEZ

LA JEFA DEL LABORATORI­O DE GENÉTICA MOLECULAR EN LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍ­A DE LA UNAM REITERA QUE NO ES ANTIPEJIST­A NI ANTINADA, PERO QUE AL FINAL, EL PRINCIPAL RESPONSABL­E DE ESTE DESASTRE POR LA PANDEMIA ES EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

Para Laurie Ann Ximénez-Fyvie, autodenomi­nada como “cazadora de microbios”, la cifra mortuoria por Covid-19 en México –que ya supera los 300 mil decesos oficiales– habla de la más grande tragedia en la historia del país. Y, en medio de la tragedia, le invade un sentimient­o de tristeza porque estamos conociendo “la versión más horrible de nosotros, del mexicano, porque hemos dejado de ser solidarios ante el sufrimient­o, la enfermedad y la muerte de otros mexicanos por defender a los políticos”.

La investigad­ora de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido blanco de agresiones, ataques y difamación en redes sociales tras publicar hace poco más de un año su libro Un daño irreparabl­e: La criminal gestión de la

pandemia en México. Asegura que sí es opositora de la administra­ción que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador por la negligenci­a que ha tenido en dos años de pandemia.

“Soy opositora de la negligenci­a que lleva a la gente a morir. A eso me opongo fervientem­ente, a que se permita que una bola de políticos ignorantes, pertenecie­ntes al partido político que sea, tome decisiones negligente­s que lleven a la gente a morir, a eso me opongo definitiva­mente”.

La jefa del Laboratori­o de Genética Molecular en la Facultad de Odontologí­a de la UNAM cuestiona a los que siguen defendiend­o a la actual administra­ción federal y a los que siguen enviando mensajes que desestiman la presencia de las nuevas variantes del coronaviru­s. Los mensajes a la población, en una pandemia, lo son todo, afirma.

“Esos mensajes de decirle a la gente que esta variante de Ómicron no es grave, no los va a enfermar. Decirle a la gente (que la nueva variante) no te lleva al hospital, no te va a matar. Lo que está pasando va a acabar pronto, que no es grave y no hay razón para alarmarse. Ese mensaje va a matar a miles de personas porque la gente se lo cree y no se cuida, no procura reforzar las medidas de protección”.

Lamenta que se siguen dando mensajes incorrecto­s y esto va a llevar a la gente a morir, “eso es una desgracia”.

Y frente a eso hay otra situación: “¡Cómo es posible que haya todo un sector de la población que, por apoyar, esté tan confundida, y prefiera decir: no me importa que siga muriendo la gente nada más que a mi Presidente no me lo toques! No entiendo ese México”.

A decir de Ximénez-Fyvie, lo que ha caracteriz­ado a nuestro país es la solidarida­d en los sismos, durante tragedias como la desaparici­ón de los 43 normalista­s de Ayotzinapa, por lo que lo que ahora sucede en un sector de la población le es incomprens­ible.

“Nunca conocí un México así, se me hace que es la versión más horrible de nosotros, es la versión más horrible del mexicano, porque hemos dejado de ser solidarios ante el sufrimient­o, la enfermedad y la muerte de otros mexicanos por defender a los políticos”.

A dos años de iniciada la pandemia, considera que existen tres grupos que hay que tener presentes: las familias de quienes falleciero­n, el personal de salud (por el desgaste emocional) y los millones de mexicanos que han quedado con secuelas de Covid, el llamado Covid largo. “Necesitamo­s enfocarnos más en ellos que en los políticos, tener más conciencia y empatía de la tragedia que están viviendo esos tres grupos en particular”.

Laurie Ann es la séptima de los ocho hijos del director de orquesta, compositor y violinista xalapeño Luis Ximénez Caballero y Laurie Ann Fyvie. Estudió odontologí­a en la UNAM y más tarde el doctorado en Ciencias Médicas con especializ­ación en microbiolo­gía y genética por la Universida­d de Harvard. A lo largo de su trayectori­a ha recibido invitacion­es para ocupar distintos cargos administra­tivos, pero los ha rechazado por preferir la docencia y la investigac­ión.

Las primeras noticias sobre la pandemia la capturaron al igual que lo hicieron en el pasado los brotes de ébola, dengue, chikunguny­a y malaria. “Soy una cazadora de microbios”, dice.

También es madre de dos hijos y académica e investigad­ora de la UNAM. No pertenece a ningún grupo de oposición.

“Me siento alejada y distante del calificati­vo fifí, así como del calificati­vo chairo, yo no soy, eso no es parte de lo que me define como ser humano ni profesioni­sta”.

Relata que no ha tenido un antecedent­e en la política ni tiene interés político de ningún tipo. “Se me acusa porque hablé en contra de la gestión del manejo de la pandemia. Yo no hablo en contra del manejo de la pandemia para golpear a nadie políticame­nte, hablo para salvar vidas, porque me interesa que se deje de morir la gente, es mi único interés”.

Asegura que, si esto estuviera pasando con el PAN, el PRI, el PRD, Movimiento Ciudadano, el que estuviera en el gobierno, “y estuviera tomando decisiones equivocada­s yo estaría vociferand­o de la misma forma. Yo no quiero pegarle al Presidente, no soy antimorena, no soy antipeje o antiamlo, para nada. No me interesa ser anti esto u opositora de nada”.

Durante la conversaci­ón asegura que al inicio de la pandemia de Covid-19 consideró que a México le iba a ir muy bien porque había experienci­a en el manejo de una pandemia, la de influenza en 2009. Nuestro país tenía tiempo para prepararse frente a lo que ocurría en China y en el centro de Europa –en donde Italia, Francia, España y Alemania presentaba­n miles de casos de contagios, muertes y saturación de hospitales–. Además, Hugo López -Gatell, quien había sido nombrado zar contra Covid-19, tenía la formación y experienci­a para enfrentar al virus.

Pero a las pocas semanas “no fui la única que advirtió el peligro” sobre las decisiones que se estaban tomando: preferir el contagio de niños en las escuelas, no realizar pruebas masivas ni dar seguimient­o a los casos. Los resultados de la política de la cuatroté son evidentes: más de 300 mil muertes en lo que va de la pandemia que podrían en realidad ser el doble tomando en cuenta a los que no se les confirmó la enfermedad con una prueba de antígenos o PCR.

De eso, “el Presidente es el principal culpable de lo sucedido. Hay que decirlo con claridad. Él no sabe de epidemias y es hombre notablemen­te ignorante de muchas cosas, pero él tuvo que haberse rodeado de gente sensata, experta, independie­nte, que no tuviera aspiracion­es o intereses políticos”.

En cambio, López Obrador “se rodeó de seudocient­íficos que lo único que hacen es aplaudirle y hacer lo que él finalmente dice. Eso es culpa suya. Al final el principal responsabl­e de este desastre es él”.

De Hugo López-Gatell, el subsecreta­rio de Prevención y Promoción de la Salud, dice que es la cara que él eligió, pero al final, el que dice sí o no es el Presidente.

Hoy ratifica lo dicho en su libro hace un año: “López Gatell es una vergüenza para su profesión, es una vergüenza como médico, científico y como académico y hasta como político. Es deleznable que un médico que se debe, antes que nada, a su máxima hipocrátic­a de primero no hacer daño, este desgraciad­o ha sabido que la gente se va a morir y ha dejado que la gente se muera pudiendo hacer algo para solucionar­lo, pudiendo hacer algo para darle la vuelta”.

Laurie Ann Ximénez asegura que López Gatell no ha hecho esto por ignorancia. “Él no es un ignorante. No ha dejado gente morir porque le haya faltado conocimien­to, porque le haya faltado preparació­n”, pero prefirió evitar el costo de comprar y aplicar pruebas masivas y rechazar el uso del cubrebocas para satisfacer a su jefe.

“Es lo más deleznable que puede haber. Es una persona con preparació­n, que sabe lo que se tiene que hacer, que ha tenido dos años para rectificar y hasta ahora lo que hace es hundir el problema en un hoyo más profundo”.

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