“Los precios suben por ascensor,
J.D. Perón
los sueldos por escalera”:
Yde repente resulta y resalta que en el escenario de una cuesta de enero algo complicada, en el restaurante que ocasionalmente acudimos en familia, la jarra de limonada con agua mineral que costaba $65 hoy cuesta $110, es decir, casi un 70% más cara, la explicación no obedece a que aumentó el precio del azúcar o del agua mineral, no, la causa es el precio del fruto cítrico que tuvo una menor producción en el país (más de 12 mil toneladas en comparación con el mes anterior) derivado principalmente por cuestiones climáticas y que ante esto hoy se encuentra rozando la calidad de producto de clase alta; optamos por pedir agua de jamaica.
El limón es el mejor compañero para los alimentos; un caldo de res o un pozole sin limón como que no saben igual, las ensaladas requieren de este fruto para darle mejor sabor, además es rico en vitamina “C” y ésta ayuda para curar ciertas enfermedades de las vías respiratorias. El limón es la fruta del mexicano, difícil encontrar un hogar sin un limón en el cajón del refrigerador. Su alza de precio nos golpea a todos.
Los estados del país con mayor producción de limón son Michoacán, Veracruz, Oaxaca y Colima, en conjunto representan tres cuartas partes del total de la producción nacional. El 70% es para consumo local, mientras que el 30% es exportado principalmente a Estados Unidos. Países como Holanda y los que integran el Reino Unido representan un área de oportunidad para el mercado del limón, ya que han mostrado gran interés en este fruto mexicano, pero el alto costo del transporte y actualmente otros factores relacionados con la pandemia han sido fuertes limitantes. La estimación de los economistas es que el precio del cítrico permanezca alto durante todo el primer trimestre del año, esperando que los frentes fríos se disipen.
La variable económica que puso en jaque al país azteca en 2021 fue sin duda alguna la inflación, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ésta llegó a una tasa del 7.36%, la más alta en 21 años, siendo la parte energética y la agropecuaria las que más presionaron para alcanzar este nivel en un año envuelto con las consecuencias de la peor pandemia de la historia.
El desarrollo de la economía de una nación debe de cuantificarse a partir del nivel económico de las familias que la componen; la cantidad y calidad de los bienes y servicios que se adquieren son elementos importantísimos al momento de realizar cálculos económicos a nivel nacional y en este sentido no se puede decir que se va por el camino adecuado cuando no se puede adquirir un fruto tan elemental de la canasta básica como lo es el limón. Situación sencilla, pero que dice mucho.
Los contagios del fastidioso covid continúan presentándose. En la medida de las posibilidades si no requiere salir quédese en casa, lea, juegue en familia y si tiene oportunidad, tómese su tequilita, aunque sea sin limón. Ande pues.