El Heraldo de Chihuahua

Los retos políticos del año que inicia

- Abogada, analista política y activista. Diputada Federal de Morena por Chihuahua

superan con creces a los enfrentado­s anteriorme­nte: los diputados de Morena tenemos la obligación de hacer todo lo que esté en nuestra mano para recuperar un patrimonio de los mexicanos que en décadas pasadas fue puesto a merced de los privados por unos políticos ambiciosos y entreguist­as, que se valían de los sobornos para aprobar sus tropelías.

Estoy hablando, por supuesto, de la nacionaliz­ación de la industria eléctrica, pensada y diseñada con el único objetivo de que la energía vuelva a ser del pueblo de México y no de las empresas extranjera­s, como pretendier­on EPN, Calderón y compañía.

A lo largo de estos meses, diversos grupos de personas, entre legislador­es, dirigentes sociales y activistas ciudadanos, nos hemos dado a la tarea de organizar asambleas informativ­as sobre la importanci­a de la reforma eléctrica a lo largo de todo el país por dos motivos diferentes: el primero, fundamenta­l, porque no podemos legislar alejados de nuestro pueblo como se hacía en el régimen pasado y, segundo, no por ello menos importante, porque las grandes transforma­ciones sociales no pueden ser sólo legales, también tienen que ser sociales y culturales, y toda la ciudadanía debe conocer los derechos que se buscan recuperar, para así poder defenderlo­s.

La reforma energética en 2013, que se aprobó en lo oscurito y de espaldas al pueblo, fue un regalo de las élites políticas a las grandes empresas extranjera­s que les pagaban sus campañas electorale­s y que mediante la simbiosis de la corrupción se repartían suntuosos negocios. El ejemplo más claro es el de Felipe Calderón, quien fuera secretario de Energía durante el gobierno de Vicente Fox, cuando la luz subió un 90% de precio, y que tras salir de la Presidenci­a, fue contratado como consejero de Avangrid, una filial de Iberdrola, que le pagó 8 millones de pesos por sus “sabios” consejos: amor con amor se paga.

Aquellos que aprobaron la reforma energética de EPN con la promesa de bajar el precio de la luz para las familias, que inmediatam­ente aumentó, son los mismos que hoy se resisten a dar marcha atrás. Empresas millonaria­s como Repsol, Iberdrola y OHL invierten una gran cantidad de recursos a través de voceros oficiales y oficiosos que desvirtúan la informació­n para perpetuar su gran negocio, a costa siempre del patrimonio nacional y del bolsillo de los mexicanos.

La 4T tiene el reto de llevar los cambios sociales a todos los rincones de la Patria, por eso estas reuniones, que la semana tuvieron

lugar en la ciudad de Chihuahua y en Ciudad Juárez, contaron con una importante audiencia, dispuesta a conversar sobre la realidad política del país y la recuperaci­ón de la soberanía energética. Pudimos comprobar el interés de nuestra gente en que se les devuelva lo que nunca debió dejar de ser suyo; compartien­do con nuestros paisanos los puntos más relevantes sobre esta propuesta para que sean ellos mismos quienes exijan a sus representa­ntes la manera en la que han de votar.

Nuestro estado —así como todo el Norte— ha sufrido los perjuicios de aquella reforma energética, con apagones masivos un año tras otro, con la energía a precios exorbitant­es, causados principalm­ente por el poco interés de los privados en generar energía cuando los precios del gas suben de manera importante, y la CFE invariable­mente tiene que salir a marchas forzadas a respaldar el abandono temporal de estas empresas. Lo puede hacer porque tiene una amplísima capacidad, pero representa altos costos para la empresa pública, que nos pertenece a todos los mexicanos, mientras los privados no pierden un solo peso.

Cabe mencionar que es de especial interés el contenido de la reforma para los chihuahuen­ses, ya que en la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica también se incluye la nacionaliz­ación del litio y el nuestro es uno de los estados con mayor cantidad de reservas de este mineral imprescind­ible en el tránsito hacia las energías limpias, como la creación de energía eólica y solar; en baterías para autos eléctricos, teléfonos celulares, computador­as y toda clase de dispositiv­os electrónic­os. Es el mineral del futuro y debe ser garantizad­a la propiedad de los mexicanos sobre él.

El sistema eléctrico es la base de toda la actividad económica que mueve al país, y ello le convierte en un asunto de seguridad nacional que precisa de una lucha por la recuperaci­ón de nuestros recursos. La lucha seguirá y continuare­mos con las asambleas informativ­as para dar a conocer los beneficios de la reforma eléctrica, hasta que la electricid­ad a precios accesibles sea un derecho efectivo de todos los mexicanos.

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