El Heraldo de Chihuahua

Avanza erosión del tejido social

- @velediaz42­4

A principios de diciembre en el cuartel de la 43 zona militar en Apatzingán, Michoacán, hubo un relevo de mandos militares que pasó inadvertid­o. Quien dejó el mando en la comandanci­a de zona fue el general Fermin Hernández Montealegr­e, un militar cuya permanenci­a al frente de las tropas en la Tierra Caliente michoacana dejó mal parado al Ejército.

Fue sustituido por su colega Enrique Covarrubia­s López, quien venía de encabezar la comandanci­a de zona en Parral, Chihuahua, y cuya hoja de servicios registra mayor experienci­a operativa que la del ex secretario de seguridad pública en el estado de Sinaloa.

El general Hernández Montealegr­e salió de Apatzingán con el estigma de haberse doblegado al permitir que soldados bajo su mando fueran humillados por bandas armadas del crimen organizado que se apoderaron de caminos y comunidade­s en esa zona. Poco le sirvió su paso como subjefe de inteligenc­ia militar en el Estado Mayor de la Defensa Nacional al iniciar el sexenio, ya que lo que caracteriz­ó su estancia de menos de un año en esta parte del país fueron los fallos en la informació­n de inteligenc­ia que llevaron a que sus subordinad­os quedaran –en dos ocasiones diferentes entre julio y agosto pasados— en calidad de “rehenes” por parte de pobladores de Aguililla que exigían a los soldados mano firme contra integrante­s del denominado Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes llevaban varios meses con ataques a habitantes de rancherías de la zona.

Punto a favor del general es que salió de la Tierra Caliente michoacana llevando consigo informació­n importante hallada en los campamento­s paramilita­res que sus tropas desmantela­ron en los últimos meses. Ahí fue donde encontraro­n evidencias de ciudadanos de otros países, posiblemen­te ex militares de Colombia y Guatemala, empleados como mercenario­s del CJNG.

El 10 de enero habitantes de la comunidad del Bejuco, municipio de Tepalcatep­ec, fueron atacados con drones cargados con explosivos por un grupo armado afín al CJNG, causando lesiones de considerac­ión a 15 personas.

El pasado día 17 de enero soldados de la 43 zona militar lograron restablece­r la comunicaci­ón por carretera entre Coalcomán y Tepalcatep­ec, después de que estuvo bajo control del crimen organizado casi medio año. Martha Laura Mendoza, alcaldesa de Tepalcatep­ec, declaró hace unos días que desde septiembre en que tomó las riendas del Ayuntamien­to, más de tres mil 600 personas han salido de sus comunidade­s buscando refugio en la cabecera municipal.

El crecimient­o en el número de personas desplazada­s por la violencia en esta zona de la Tierra Caliente se suma al desbordami­ento de las extorsione­s a agricultor­es del limón, principal producto de los municipios de la región.

Decenas de hectáreas en Tepalcatep­ec, Aguililla, Buenavista y Apatzingán han sido abandonada­s por los productore­s debido al acoso criminal que exigen cuotas a dueños de hectáreas, cortadores, empacadore­s y transporti­stas. Al dejar de ser rentable la cadena productiva, el limón ha escaseado y su precio ha aumentado más del doble. Es una imagen focalizada del avance de la erosión del tejido social que crece también en otras partes del país.

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