In memoriam (III)
Esa responsabilidad y amor a la profesión es amor a la humanidad y se requiere templanza, bondad y compasión. El camino de la medicina como profesión ha sido pedregoso, lleno de obstáculos, desencantos, supersticiones, errores involuntarios -por nuestra propia naturaleza humana.
Por otro lado, debe mencionarse también la responsabilidad de la comunidad, de cooperar y hacer lo correspondiente con las medidas de prevención (que al parecer dista mucho de que lo hayan hecho adecuadamente y aquí está el efecto de la cuarta ola). La información es simple, práctica y publicada por todos los medios de comunicación tanto de Instituciones de Salud y educativas (públicas y privadas).
En todos los hospitales del mundo, desde el más humilde hasta el más sofisticado en tecnología los profesionales de la salud como buenos aliados en la lucha contra la enfermedad hacen verdaderas maravillas para salvar vidas, créanlo si son tan amables y sensatos, aunque no se les reconozca a veces, lo hacen solo por la satisfacción del deber cumplido y llegar a casa a tener un merecido descanso transitorio para con la misma energía levantarse al día siguiente y seguir con la misma responsabilidad. Luchamos juntos a favor de la VIDA y por ella.
La práctica de la medicina debe ser fundamentalmente humanística e integral en los momentos más álgidos del sufrimiento, angustia e incertidumbre. Brindamos mucho o poco de nosotros mismos, no siempre con el interés de ser remunerados justamente. Aunque se debe reconocer que es un trabajo que debe ser completamente revalorado.