El gobierno que merecemos
Cuando escuchamos a la gente hablar sobre sus derechos pensamos que algo estarían dispuestos a hacer para protegerlos, pero luego, cuando un gobierno federal despótico como del que sufrimos nos llega, les preocupan más los aspectos políticos y su codicia que los ciudadanos; encontramos a la mayoría dóciles al extremo y capaces de soportar cualquier cosa.
Algún día tenemos que aprender que nadie tiene derechos cuando no los mantiene vigentes. El conformismo acaba con el criterio de las personas y lo peor, con su valor ciudadano. Los seres humanos hemos nacido libres como las aves, pero resulta que nos tienen metidos en unas jaulas llenas de leyes que sólo funcionan para beneficiar los malandros y no a los ciudadanos.
Un gobierno como el actual no tiene voluntad para corregirse a sí mismo, necesita más leyes para corregir y controlar a los demás, principalmente a los buenos ciudadanos.
Ningún grupo ciudadano ha sido llevado a la miseria política y moral por sus gobernantes sin que los gobernados les hayan comprado el boleto para ese destino.
El gobierno federal promete y ofrece promesas que nunca cumplirá. Obras sin planeación, ni tomando en cuenta a los ciudadanos, son el pan de cada día. Sólo ofrece en forma generalizada más decadencia y despotismo. No nos cabe duda que las multitudes sólo obedecen por temor, ambición y codicia y por el capricho de sus líderes.
Hace más de mil años, Platón dijo que “la aristocracia es seguida por la democracia y ésta por la dictadura (como la que acaba de retomar al país), que el privilegio trae la revolución y el caos”. En realidad todas las tiranías han sido siempre el resultado de conceder al gobernante una autoridad ilimitada. Al no protestar efectivamente por lo necesario, les hemos concedido el título de tiranos. Sus acciones actualmente ya cumplen los requisitos para llamarse dictadura. La historia es una larga lucha de los gobiernos por dominar a sus gobernados. Lo que cada pueblo vale se ve por el calibre de sus líderes.
El que sabe guiar y no dominar es el tipo de persona que necesitamos a la cabeza de nuestro gobierno.
Una de las cosas más graves del gobierno es que la enfermedad que dicen tener de “falta de dinero” (pero nos demuestran lo contrario por tanto gasto inútil), es que ellos, los que gastan los fondos públicos,
El que sabe guiar y no dominar es el tipo de persona que necesitamos a la cabeza de nuestro gobierno
son los mismos que nos dicen cuánto debemos pagar los contribuyentes. El mismo que gasta el dinero, inspecciona lo que gasta y dice que está bien o mal gastado. Sus integrantes se asignan a sí mismos la remuneración que se les antoja y es la forma como tenemos a un pequeño grupo de zánganos para que nos gobiernen despóticamente. Dicen que cada vez se necesita más y más gobierno y cada vez tenemos menos y menos con que mantenerlo. Ellos aseguran su futuro con más y más obras que ni pedimos ni necesitamos, a costa de los que verdaderamente sí les urge tenerlas. Sí, “el pueblo bueno y sabio” tiene lo que se merece.