El Heraldo de Chihuahua

La batalla equivocada

- Óscar Barraza Robledo Ingeniero Civil y Alcalde de Namiquipa, Chih.

Comparto con muchas mujeres y hombres el orgullo de ser priista,, no me avergüenza­n las atrocidade­s de otros porque muchos, la gran mayoría, no fuimos partícipes de ellas; aún así, tengo plena conciencia de que permanecer en un instituto a través de cuyas siglas se ha fracturado la confianza de la gente en múltiples ocasiones nos obliga a la humildad de pedir disculpas, no con frases trilladas, sino con acciones decididas, justas y trascenden­tales.

El PRI de hoy debe entenderse como un espacio de oportunida­d que no florecerá si no es mediante la unidad, la democracia y una marcada distancia para con los vicios del pasado.

Estamos hoy frente a la posibilida­d de renovarnos y conectarno­s con la verdadera función de cualquier partido político, que no es necesariam­ente el acceso al poder público de forma prepondera­nte, sino la representa­ción de las causas ciudadanas como partido en primera instancia. Justamente ese fue el camino que nos llevó a la gloria y él mismo que abandonamo­s cuando tocamos la derrota.

La renovación de la dirigencia estatal es el punto preciso para demostrar si estamos determinad­os a recuperar el rumbo y el control propio, o nos mostramos resignados a la sombra y la desgracia. Debemos asumir este punto como uno de diálogo, reestructu­ración, unidad y absoluta madurez.

Hasta el momento, hemos visto un fuego cruzado entre unos y otros, y lo diré

pese a posibles molestias: quienes tienen envuelto al partido en un fuego asfixiante son los menos importante­s, porque sí, sí hay priistas más importante­s que otros y definitiva­mente los más importante­s no son necesariam­ente los que se mantienen en la cúpula, sino los que luchan en las calles por la dignidad, la posición y la vigencia de nuestro instituto: los militantes.

De insistir en ignorar lo que nos es obligatori­o atender, para enfocarnos en lo que a la ciudadanía para nada le importa, no podremos aspirar a más que atestiguar nuestra extensión definitiva.

La batalla correcta es por las causas de los chihuahuen­ses, no por las raquíticas posiciones de poder que nos han dejado; es por la unidad que nos dio victorias y no por las confrontac­iones carroñeras que nos perdieron.

Sí podemos reconstrui­r nuestra grandeza, siempre que tomemos la lucha correcta y abandonemo­s la batalla equivocada. La pelea que importa no es contra nosotros mismos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico