Migración, piedra de tropiezo o cantera fina
Las caravanas migratorias que llegan por México, en particular desde Centroamérica y con expectativa de destino los EU generan perspicacia y cuestionamientos. Hay debates sociales tanto en México como en los EU sobre una serie de temas que no se habían dado en México en esta magnitud, si bien al menos en los últimos 200 años de EU, siempre ha estado ahí (la migración). Destaca entonces derivado del debate, la compasión, empatía, defensa, así como el conflicto, racismo, e incluso historias de complot muy poco creíbles, pero públicamente expuestas.
Sin embargo, desde una perspectiva técnica de la economía de libre mercado, se genera el siguiente planteamiento. Si se permitiera el libre mercado en la contratación de trabajadores de cualquier nacionalidad (incluso con algunos requisitos, pero sin generar barreras de acceso al mercado) este no sería un tema conflictivo e incluso ni siquiera sería EU, propiamente el destino de los grupos migratorios que pasan por México. El libre mercado transforma la dinámica de una sociedad.
Es común conocer opiniones de que la economía es un juego de suma cero, como por ejemplo el tenis donde si alguien gana, el otro pierde. La economía no es estática; los puestos de trabajo no son fijos, donde el capital humano es homogéneo.
En la vida real, la economía es dinámica, por lo que no ocurre el escenario donde si alguien gana, otra persona pierde.
El flujo de horas hombre requeridas en un proceso de producción, depende de los inventarios de capital humano y no siempre es homogéneo.
El economista Daniel Griswold, experto en comercio e inmigración, lo llama, el efecto de la mezcla de ocupaciones (occupation mix effect).
Con la inmigración las personas nativas en la escala más baja de jerarquías laborales tienden a subir de nivel de trabajo, al administrar a los inmigrantes que llegan. Este puede ser el caso de la inmigración centroamericana actual.
En Ciudad Juárez hacen falta trabajadores tanto en la industria maquiladora, el sector comercial e incluso el sector construcción. Incluso, es una obstrucción para atraer inversiones, pues no hay gente disponible para trabajar en esas nuevas empresas que se pudieran abrir, y, por ende, tampoco se crean nuevas plazas para mexicanos.
Los migrantes podrían ayudar a darle un segundo auge a la industria maquiladora y al sector comercial, brindándoles oportunidades de empleo y de esta forma se crearían trabajos para gerentes, ingenieros y técnicos especializados a los mexicanos.
Esto es, se crearían trabajos para los mexicanos más calificados y generaría una derrama económica directa, a la vez que, en recaudación y salarios por la ampliación de la mano de obra disponible general, al incluir a los migrantes.
La migración centroamericana no tiene que ser una piedra de tropiezo; si se talla la piedra de forma fina ayudará a cincelar las canteras para la construcción de una gran catedral.