Cuando el dopado es un menor, como en el caso Raducan
Ni de países, ni de deportes ni de edades entiende el dopaje: dieciséis años tenía la gimnasta rumana Andreea Raducan cuando dio positivo en los Juegos de Sídney 2000 y uno menos tiene la patinadora rusa Kamila VaIíeva, también positivo en los Juegos de invierno que se disputan ahora en Pekín.
Ambos casos, con similitudes pero también con significativas diferencias, ponen de manifiesto la especial protección que necesitan los menores que participan en el deporte de alto nivel y que el último Código Mundial Antidopaje, en vigor desde el 1 de enero, intenta garantizar con la introducción de la figura de la 'persona protegida'.
Este concepto incluye, entre otros, al deportista que en el momento de la infracción no ha alcanzado la edad de dieciséis años, como es el caso de Valíeva.
El código intenta así amparar a los deportistas que "por debajo de cierta edad o capacidad intelectual, pueden no poseer la capacidad mental necesaria para comprender y valorar las prohibiciones de conductas contenidas en el código".
De "abuso de una menor" ha hablado la asociación de deportistas Globlal Athlete tras conocer el caso de Kamila Valieva, que dio positivo en una prueba el pasado diciembre, ganó el oro por equipos en Pekín y que este lunes ha sido autorizada para competir el martes en la prueba individual.
La diferencia más importante entre los casos de Raducan y Valieva estriba en que la rumana dio positivo en un control que se le hizo en los propios Juegos, tras ganar la medalla de oro en la final del concurso completo en ese entonces.
La muestra positiva de Valieva, en cambio, se remonta al 25 de diciembre, en un escenario ajeno a los Juegos, durante los campeonatos de Rusia de patinaje artístico. Pero nadie dijo al laboratorio de Estocolmo que ese análisis tenía carácter prioritario y el resultado no se conoció hasta el 8 de febrero, un día después de que Valieva y sus compañeros ganasen para Rusia el oro por equipos. /