“Somos responsables no sólo de lo que hacemos,
sino de lo que podemos evitar” • Peter Singer -
T engo en mi selecto grupo de amistades a varios padres de familia cuyos hijos circulan en la etapa de la secundaria, hijos que guardan a su vez una juvenil amistad con los dos chamacos que viven conmigo y que ya platican más con la computadora que con su servidor. El polémico tema del regreso presencial a clases sigue estando presente entre mis amistades, unos están a favor de que ya regresen los escuincles a la escuela de manera presencial compartiendo constantemente en sus redes sociales palabras de exigencia para que esto suceda y otros, como el que ahora escribe, aún nos preocupan los casos de niños hospitalizados contagiados del móndrigo bicho de origen asiático que, nos guste o no, sigue haciendo de las suyas.
Siendo honestos no existen las condiciones apropiadas para regresar físicamente a los salones de clase y esto se debe, aparte de que la infraestructura escolar no es precisamente la idónea, a que muchos de los jóvenes e infantes no cuentan aún con la vacuna correspondiente; algunos fueron llevados por sus padres a Estados Unidos para recibir la vacuna y se aplaude tal situación, pero la mayoría siguen esperando la fecha en que gobierno federal dé luz verde para la inoculación. Otros países priorizaron a este sector de la población para que fueran vacunados, aquí la mal llamada cuarta transformación los tiene en pausa recomendándoles que tomen té caliente y que se pongan Vick Vaporub si llegan a presentar algún síntoma. Ande pues.
Desde luego que ya queremos que nuestros hijos retornen a sus escuelas, que convivan con sus amigos, con sus maestros, que se ensucien en el patio a la hora del receso, que lleguen oliendo a león a la casa, pero tenemos que entender y comprender que primero es su vida antes que
La educación no será la misma después de la pandemia, ¿duele? Sí, mucho.
cualquier otra cosa, y aunque las clases virtuales les representen posibles casos de ansiedad, esto se puede tratar y solucionar. La educación no será la misma después de la pandemia, ¿duele? Sí, mucho.
Imaginemos las primarias y secundarias sólo con el tema de las medidas más elementales, que son la sana distancia y el uso del cubrebocas, ¿de verdad consideran que se llevarán adecuadamente a toda hora?, si a nosotros mismos en ocasiones se nos olvida, ¿o no? El estar vacunados nos ha brindado un poco de tranquilidad sobre el tema, pero no hay que olvidar que los cuidados deben continuar, hay casos de contagios y defunciones con todo y su esquema completo de vacunación.
No se trata de un tema político en el que critiquemos la actuación de funcionarios públicos por suspender las clases o por cambiar el color del semáforo epidemiológico (al que cada vez le entiendo menos). Lejos de polarizar, mejor hay que concientizar que se trata de la salud de nuestros hijos y que, aunque sólo conozcamos o sepamos de uno contagiado, con eso basta.
Mi amiga Ana Villarreal escribió un libro para niños y niñas y lo alimentó de bellas ilustraciones, al que tituló “¡Oye Coco-vid, ya quiero salir!”, donde con palabras simples y sencillas los chamacos entienden lo que acontece con esta enfadosa pandemia. Se los recomiendo.