EL INICIO DE UN ESTILO PROPIO
Su objetivo nunca fue ser pintora, después de sufrir polio en la infancia su sueño era ser médico, pero un trágico accidente en su juventud cambió el rumbo de su vida
Fue su padre quien la introdujo al mundo del arte, pues mientras ella estaba en recuperación, le proporcionó sus primeras pinturas y pinceles; con largas temporadas postrada en una cama, conociéndose a través de un espejo, acompañada de un caballete especial que su madre mando construir para adaptar al “lecho de dolor” pues el corsé de yeso que llevaba no le permitía sentarse, fue así que comenzó a pintar.
Sufrió más de 30 operaciones durante su vida, ella decía que no pintaba por placer sino para mitigar el dolor de su cuerpo fragmentado, dolor físico pero sobre todo emocional aunado a su segundo trágico accidente, su esposo. Si, hablo de ella, de Frida.
-”Creí tener energía suficiente para hacer cualquier cosa en lugar de estudiar para médico. Sin prestar mucha atención empecé a pintar”- decía.
Sin formación artística formal, solo unas pocas clases de arte en el Instituto y hojeadas a los libros de arte de su padre, bastaron para sacudir al mundo con sus pinturas de estilo muy propio. Frida fue creadora de 200 pinturas, esbozos y dibujos relacionados con experiencias de su vida, 143 de las cuales 55 son autorretratos (siendo una de las artistas que más obras con este tema realizó pues Rembrandt pintó 62 y Van Gogh 40) Le preguntaban el porqué de tanto autorretrato y ella decía: “Me pinto a mí misma porque estoy sola muy a menudo, y porque soy la persona que mejor conozco”.
El primero fue “Autorretrato con un vestido de terciopelo” (1926) tenía 19 años, pintado al estilo de los retratistas mexicanos del siglo XIX, empleó la perspectiva y colores cálidos, fue hecho para Alejandro Gómez Arias.
“Mi pintura lleva dentro el mensaje del dolor... La pintura me completó la vida. Perdí tres hijos... Todo eso lo sustituyó la pintura.
La pintura fue parte de su lucha, de su soledad, una manera de conectarse con la vida, con sus raíces, la marca de un antes y un después en un mundo carente de sentido, un modo de expulsar su dolor y sus grandes penas de amor.
Frida Kahlo fue una mujer hecha cuadro, visionaria, herida, desafiante y llena de México en el corazón.