Toda una luchadora social e incansable
Habla para El Heraldo la dama que ha pasado los últimos veinte años erradicando la violencia contra las mujeres en un mundo de hombres
Norma Ledezma Ortega, directora de Justicia para Nuestras Hijas, conmemora este mes de marzo 20 años del feminicidio de su hija Paloma Angélica y del nacimiento de la organización Justicia para Nuestras Hijas.
En este mes se cumplen 20 años del feminicidio de Paloma, así como también de la organización de la organización Justicia para Nuestras Hijas que acompaña a víctimas y madres de víctimas de desaparición forzada, feminicidio y violencia.
El 2 de marzo de 2002 se cumplieron dos décadas de la desaparición de Paloma; el 29 de ese mismo mes fueron hallados sus restos y al día siguiente su funeral. A partir del 1 de abril nació una nueva Norma Ledezma, cuya vida dedicada a desempeñarse en una maquiladora se transformó en un apostolado de pelear por justicia y esclarecimiento de la muerte de su hija, -que las autoridades habían tergiversado culpando a un exnovio-, y a la procuración de justicia a víctimas de crímenes similares en un mundo de hombres.
Justicia para Nuestras Hijas trabaja en 17 municipios del estado de Chihuahua, en temas de violencia familiar, violencia sexual, trata de personas, feminicidios, homicidios y desaparición forzada.
“Es cuando nace una nueva Norma Ledezma para poder seguir enfrentando estos retos en otro escenario, en un sistema de justicia, donde realmente sí nos ven para abajo”, expresó.
Como promotora de la Fiscalía de Género, mencionó que la atención que jerárquicamente se le da a la Fiscalía Especializada en Mujeres es diferente a la atención que se les da al resto de las Fiscalías, porque representa lo femenino en la estructura del Sistema de Justicia y le da la última atención.
“Le dan la atención que sobra, no se tiene el mismo recurso destinado. Para lograr los apoyos para la Fiscalía tenemos que enfrentarnos a un mundo de hombres”, indicó, al tiempo que puede ver diferencias incluso a la atención en desaparición de hombres y homicidios, a la que se brinda en desaparición de mujeres y feminicidios.
La activista y luchadora por los derechos humanos de las mujeres, quien venció sus propios paradigmas, se descubrió en un mundo religioso, educativo y legal
Norma Ledezma se reconoció como parte de un linaje por parte de su familia Ortega de mucha resistencia y terquedad, que le han permitido sentirse satisfecha de dedicarse 2décadas ininterrumpidas al frente de Justicia Para Nuestras Hijas.
“Le dan la atención que sobra (a la Fiscalía Especializada de la Mujer), no se tiene el mismo recurso destinado (que a otras Fiscalías”.
manejado por hombres que, según señala, estaban en contra de muchas mujeres; por lo que decidió cambiar para enfrentar un mar de injusticia de un mundo patriarcal, que también resultó ser un mundo de mujeres educadas por un sistema machista que hasta en la religión, en las creencias se tiene que someter, y les quitan su libertad de vivir y ser humana.
“Mi vida en estos veinte años ha estado llena de trabas, ignorada, muy humillada. Por ser mujer, por no tener el conocimiento ni poder económico (...) he pasado muchos caminos oscuros, tormentas, 20 años lo hemos sostenido, que se viven rápido, pero se viven difíciles”, expresó.