El infinito en la palma de la mano
Adán, Eva, el misterio de un mundo primitivo después de la caída; ¿qué desafíos enfrentaron? ¿cómo fue el repentino tomar conciencia de sí mismos y del mundo? ¿el crecimiento de los primeros hijos, la muerte de los primeros padres? El infinito en la palma de la mano, escrito por la autora nicaragüense Gioconda Belli, intenta resolver estas interrogantes de una manera colorida y llena de imaginación.
El libro comienza retomando la creación de los primeros seres humanos, de acuerdo con la religión y sigue esta narrativa profundizando en muchísimos pormenores que la historia bíblica no trata. Para empezar, Eva y Adán tienen personalidades muy pronunciadas; ella es curiosa e inquisitiva, mientras que Adán es más pragmático y está ceñido a su labor de proveedor. Lo interesante viene después de la caída, cuando la pareja primigenia al igual que sus conflictos, se multiplica; primero con Caín y Abel y después con dos hijas apócrifas: Luluwa y Aklia.
La primer pareja tiene sus diferencias, debido a que Adán culpa a Eva de todos los problemas que les ocurren, pues fue ella quien ha probado del fruto, sin embargo, ella parece augurar que más allá de todo el sufrimiento, Elokim tiene un propósito superior para ellos y toda la humanidad.
Después está el conflicto con y entre sus hijos; el asesinato de Abel por Caín destruye la dinámica familiar, Luluwa, al crecer, se convierte en una mujer hermosa que parece atraer hasta a su padre y Aklia, feral, no encuentra su lugar en su núcleo familiar.
La autora logra crear una dinámica familiar creíble y capturar la visión inocente e ignorante de aquellos que recién conocen las dificultades después de estar descansando plácidamente en el paraíso.
El infinito en la palma de la mano es, más que un libro, es también un giro a la historia de los hombres vista y contada por una mujer
El libro comienza retomando la creación de los primeros seres humanos, de acuerdo con la religión y sigue esta narrativa profundizando en muchísimos pormenores que la historia bíblica no trata.