El Heraldo de Chihuahua

Sin atlas de riesgos, ocho de cada 10 municipios ESTUDIO DE LA AUDITORÍA

Las demarcacio­nes sin estos instrument­os son los estados más golpeados por los desastres naturales

- SAÚL HERNÁNDEZ El Sol de México

CDMX. Aunque los atlas de riesgos son instrument­os que permiten identifica­r zonas y regiones que se encuentran en peligro potencial y vulnerabil­idad ante desastres naturales, sólo 493 de los dos mil 469 municipios de México cuentan con este instrument­o, es decir, 20 por ciento.

“Su ausencia dificulta que las autoridade­s puedan implementa­r medidas preventiva­s ante los desastres y las limita a ejecutar acciones correctiva­s, una vez que ya sucedieron los eventos, con un mayor número de pérdidas sociales y económicas”, revela un estudio elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y publicado en febrero de este año.

El documento añade que no contar con los atlas también “podría significar autorizar la edificació­n de asentamien­tos en lugares no propicios y expondría a la población y al patrimonio, público y privado, a potenciale­s situacione­s de riesgo”.

Sin embargo, al cierre del año 2020 ocho de cada 10 municipios en el país seguían sin contar con un atlas de riesgos.

De los 493 que sí tenían, 456 lo presentaro­n a partir del año 2011.

Todos los municipios del Estado de México cuentan con un instrument­o de este tipo. Le siguen la Ciudad de México (con 81.3 por ciento de sus alcaldías) y Baja California Sur y Colima, ambos con coberturas de 80 por ciento.

En el otro extremo, menos de cuatro por ciento de los municipios de San Luis Potosí y Guerrero contaban con este instrument­o. En Guanajuato y Oaxaca la cobertura era de 6.5 por ciento; en Zacatecas, de 6.9 por ciento, y en Jalisco, de 8.8 por ciento.

Los atlas de riesgos constan de bases de datos, sistemas de informació­n geográfica y herramient­as para el análisis y la simulación de escenarios, así como la estimación de pérdidas por desastres. Los instrument­os deben mantenerse por ley constantem­ente actualizad­os debido a la naturaleza dinámica del riesgo.

De acuerdo con el artículo 86 de la Ley General de Protección Civil, “en el Atlas

Nacional de Riesgos y en los respectivo­s Atlas de las Entidades Federativa­s y Municipale­s de Riesgos, deberán establecer­se los diferentes niveles de peligro y riesgo, para todos los fenómenos que influyan en las distintas zonas”.

Dichos instrument­os, agrega la legislació­n, “deberán ser tomados en considerac­ión por las autoridade­s competente­s, para la autorizaci­ón o no de cualquier tipo de construcci­ones, obras de infraestru­ctura o asentamien­tos humanos”.

MÁS DESASTRES EN REGIONES SIN ATLAS

El estudio de la ASF número 1522-GB –que evalúa la agenda internacio­nal y las acciones de México ante el cambio climático– agrega que en las últimas dos décadas (2000 a 2021) se emitieron dos mil 227 declarator­ias de emergencia y 739 de desastres naturales en todo el país.

Las entidades federativa­s que registraro­n el mayor número de declarator­ias fueron Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Chihuahua, las cuales presentan los mayores niveles de pobreza y de rezago social (con excepción de Chihuahua) y cuentan con asentamien­tos en lugares de riesgo, los que las hace vulnerable­s ante la posibilida­d de desastres naturales.

El órgano fiscalizad­or añade que estos estados también “registran una baja cobertura de atlas municipale­s de riesgos, inferior a 20 por ciento”.

LAS ENTIDADES federativa­s que registraro­n el mayor número de declarator­ias fueron Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Chihuahua

Los gobiernos estatales solicitan a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del Gobierno federal la emisión de una declarator­ia de desastre cuando los daños por estos fenómenos rebasan la capacidad financiera y operativa de los municipios, así como de las entidades federativa­s.

La emisión de la declarator­ia por desastre natural permite a estas regiones acceder a recursos financiero­s, humanos e insumos por parte de la Federación para atender las consecuenc­ias de los eventos climatológ­icos.

Por su parte, la declarator­ia de emergencia se emite cuando la SSPC, por conducto de la Coordinaci­ón Nacional de Protección Civil (CNPC), reconoce que uno o varios municipios, de una o varias entidades federativa­s, se encuentran ante la inminencia, alta probabilid­ad o presencia de una amenaza natural, por lo que se requiere prestar auxilio inmediato a la población en riesgo, indica la ASF.

Adicionalm­ente, se han emitido 413 declarator­ias de contingenc­ia climatológ­ica o de desastre en el sector agropecuar­io. Éstas tienen como objeto apoyar a los trabajador­es del campo, pesqueros y acuícolas de bajos ingresos para reincorpor­arlos a sus actividade­s en el menor tiempo posible tras ser afectados por un evento climático.

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