Reforma eléctrica frena cambio energético
México tiene el compromiso DE reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 22% para 2030
La reforma eléctrica impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador frena el proceso de transición energética que inició el país hace años y amenaza con incumplir los compromisos en reducción de gases de efecto invernadero, coincidieron especialistas.
“Cuando se lee la reforma, realmente se frena la transición energética en los términos en los que está planteada actualmente, y sin sustituirla por una propuesta de transición viable, creíble y justa”, comentó Nora Cabrera, cofundadora y actual directora de la organización Nuestro Futuro, durante su participación en la tercera sesión del Consejo de Crisis
Climática de la Organización Editorial Mexicana (OEM).
La especialista subrayó que actualmente existe un proceso de transición energética en México, el cual está respaldado por un plan y herramientas específicas plasmadas en la Constitución, las cuales serán rotas de aprobarse la reforma del Ejecutivo federal.
México, recordó, tiene el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en 22 por ciento hacia el año 2030, y de esa meta casi una tercera parte le corresponde al sector eléctrico.
La generación de electricidad contribuye con una cuarta parte de la emisión de dióxido de carbono al ambiente, de ahí la relevancia de la transición a las energías limpias.
La especialista apuntó que en caso de que la reforma promoviera nuevos mecanismos de transición energética, los cambios empiezan a notarse entre 15 y 20 años después, por lo que el país incumpliría con sus compromisos climáticos para 2030.
“Cuando ves ahora la iniciativa, estas herramientas no se sustituyen por algo más. Lo que hace es mandarle toda la responsabilidad a una sola empresa sin mandatos o incentivos constitucionalmente reconocidos para que tenga un plan de transición y eso es lo que es muy delicado”, apuntó.
La iniciativa de reforma enviada por el presidente López Obrador al Congreso en octubre prevé dar el control del sistema eléctrico nacional a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
De aprobarse este cambio legal, por mandato 54 por ciento de la electricidad que se consume en el país deberá provenir de plantas de la empresa productiva del Estado, además de que se cancelarán contratos vigentes con empresas privadas de compras de electricidad por hasta 25 años a un precio fijo, y se eliminarán los permisos para sociedades de autoconsumo entre empresas.
Datos del Departamento de Energía de Estados Unidos advierten que, si la reforma eléctrica se aprueba en los términos enviados por el gobierno mexicano, la cantidad de emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico en el país podría aumentar hasta 65 por ciento.
Una de las principales apuestas del Gobierno federal en materia de energías limpias con esta reforma es la de aumentar la producción de las plantas hidroeléctricas, sin embargo, Cabrera cuestionó que la transición en el país se base en el uso del agua, un recurso que conforme siga aumentando la temperatura del planeta será más preciado y escaso.
La generación de electricidad contribuye con una cuarta parte de la emisión de dióxido de carbono, de ahí la relevancia de la transición a energías limpias