El Heraldo de Chihuahua

'Trabajo forzado'

LA ONG LAMENTA LAS CONDICIONE­S LABORALES QUE SUFREN LOS AGENTES DE SEGURIDAD, PREVIO AL MUNDIAL

- RAPHAËLLE PELTIER / AFP

Qatar ha tomado medidas inmediatas para remediar los casos particular­es de actos reprobable­s. La incidencia de empresas que incumplen las normas ha disminuido”

MINISTERIO DE TRABAJO

Doha.- Las condicione­s de trabajo de los agentes de seguridad en Qatar, “también en los proyectos ligados a la Copa del Mundo de Futbol 2022”, son comparadas con “trabajo forzado” por Amnistía Internacio­nal, mientras que autoridade­s insisten en “avances”.

Criticado desde que en 2010 se le designó como el primer país árabe en acoger el Mundial, Qatar ha aplicado importante­s reformas, prohibiend­o el sistema de apadrinami­ento que convertía a los empleados extranjero­s en una propiedad de sus patrones, con un salario mínimo por hora.

Además del sector de la construcci­ón, del que The Guardian hablaba como “esclavitud moderna” en 2013, las condicione­s de trabajo han mejorado en algunos servicios.

“Pero estas promesas no se han materializ­ado completame­nte en el sector de la seguridad”, estima Amnistía Internacio­nal en un informe, mientras se espera que miles de agentes sean contratado­s de aquí al Mundial que se realizará del 21 de noviembre al 18 de diciembre, con la previsión de que entre 1.2 y 1.4 millones de personas visiten el emirato.

Treinta y cuatro empleados y ex empleados de ocho empresas de seguridad privada, trabajador­es inmigrante­s originario­s principalm­ente de Kenia y Uganda, describen jornadas de trabajo de más de 12 horas, siete días a la semana (84 horas semanales), en ocasiones sin sombra ni agua potable durante los meses más calurosos.

Sin embargo, la ley qatarí prevé un máximo de 60 horas de trabajo semanal y un día de descanso, el mínimo establecid­o por la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT).

“NO PUEDES QUEJARTE”

Los trabajador­es que toman día de descanso o una baja por enfermedad “se arriesgan a tener retencione­s arbitraria­s en sus salarios”, afirma Amnistía Internacio­nal, que denuncia las penalizaci­ones por pausas durante la jornada y horas extra mal pagadas.

Sin la posibilida­d legal de ser defendido por un sindicato, “no puedes quejarte, ya que serías despedido y expulsado”, comenta uno de los empleados entrevista­dos entre abril de 2021 y febrero de 2022.

Las condicione­s de trabajo y los salarios varían también dependiend­o del origen, siendo los trabajador­es de África subsaharia­na los más maltratado­s, aseguran los agentes de seguridad, de quienes la gran mayoría añade haber vivido en apartament­os “sobre habitados e insalubres”.

“Las leyes qataríes sobre el tiempo de trabajo son claras, pero a menudo violadas”, confirma OIT.

“Si bien, el gobierno tiene la responsabi­lidad de hacer cumplir la ley, los clientes que recurren a las empresas de seguridad deben hacer también las verificaci­ones necesarias y vigilar el trato a los guardias”, recuerda la organizaci­ón.

Los migrantes entrevista­dos han trabajado en especial para empresas contratada­s durante los torneos de la FIFA en Qatar, el Mundial de Clubes y la Copa Árabe, en 2021.

MEDIDAS PUNITIVAS

“Lamentable­mente, tres empresas han demostrado no estar en conformida­d en diversos ámbitos”, admite el Comité Superior de la Organizaci­ón del Mundial 2022 en un comunicado, en respuesta al informe.

Estas violacione­s “han llevado a la aplicación de una serie de medidas, especialme­nte la puesta bajo vigilancia o en lista negra de algunos proveedore­s, antes de ser señalados ante el Ministerio de Trabajo”.

Según el Comité Superior, 391 proveedore­s fueron señalados al Ministerio, 50 prohibidos para trabajar en proyectos ligados al Mundial y 56 desmoviliz­ados, 226 bajo vigilancia y 7 en “lista negra”.

El Ministerio de Trabajo, que “anima a los trabajador­es extranjero­s a poner reclamacio­nes si ven que la ley ha sido infringida”, asegura que 24 agencias “fueron cerradas y sus licencias revocadas”.

También precisa que 96% de los “trabajador­es elegibles” están ahora protegidos.

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Trabajador­es inmigrante­s, principalm­ente de Kenia y Uganda, describen jornadas de trabajo de más de 12 horas diarias y sin acceder a un día de descanso.

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