Impresiones, revocación de mandato
El proceso de revocación de mandato ha tocado las fibras de todos los sectores sociales de nuestro país, por un lado, quienes siguen y respaldan al presidente presumen un gobierno que promueve la democracia participativa, sustentan que es un avance democrático para nuestro país, sin embargo, cuando se les cuestiona sobre otros procesos participativos que se han realizado a mano alzada, sin reglas claras, no saben qué responder.
Por otro lado, la “oposición” se encargó de descalificar el proceso, de promover la apatía y la no participación de las y los ciudadanos, #TerminasyTeVas fue el hashtag utilizado en redes sociales para lograr el cometido, que las personas no participaran.
La asistencia a la jornada de consulta fue escasa, el porcentaje de participación fue del 17.5% de la lista nominal, lo que representa que 17 millones de mexicanas y mexicanos participamos en el ejercicio y al no alcanzarse el 40%, el resultado no es vinculante. Este ejercicio dejó ver cosas importantes de la vida política de nuestro país, a través de las cuales podemos tener una noción de lo que nos espera para 2024. En primer término, la labor de la “oposición” es deprimente, optaron por desacreditar un instrumento de participación ciudadana constitucional, que cabe mencionar, que en
el proceso se dieron vicios y el propio instrumento tiene algunas áreas de oportunidad, sin embargo, lo realmente irónico es que según la gaceta parlamentaria de la Cámara de Diputados con fecha del 10 de febrero de 2015, fue la misma oposición quien también propuso incluir la revocación de mandato en nuestra constitución. El temor que hay en torno a la popularidad del presidente no les permite hacer propuestas sólidas, les ha orillado a sólo descalificar. En un segundo término las personas simpatizantes del presidente dejan ver su hipocresía frente a su postura de demócratas pulcros, pues descalifican a una de las instituciones más importantes para nuestro país, el INE, es decir, al grupo del presidente le apasiona la democracia sólo cuando les conviene.
Debemos darle profundidad al asunto, la participación es la llave para cambiar el país en el que vivimos, debemos apostar en todos los niveles y poderes por políticas transversales de participación ciudadana, el ejercicio del domingo nos deja un amargo sabor de boca, debemos erradicar los vicios del instrumento de participación, incluso a nivel estatal y municipal.
Es nuestra responsabilidad y por supuesto de quienes nos representan, el seguir contando con la figura de revocación de mandato, evolucionarla, limpiarla y enriquecerla, tan sólo imaginemos que de haber contado en anteriores mandatos con este tipo de instrumentos, nuestros libros de historia serían muy diferentes. Y si bien, la revocación de mandato debería ser una última opción frente a todas las circunstancias, la certeza que da al pueblo poder contar con ella y activarla empodera a la ciudadanía de nuestro país y a su vez, presiona a las y los gobernantes a realizar un mejor trabajo.
Hoy nos queda reflexionar, analizar los datos y a partir de ahí proponer y generar cambios.