Disfrutaron capitalinos en centros recreativos
Los balnearios contaron con protocolos de salud, mientras en las albercas trataron de mantener una sana distancia
Una gran cantidad de capitalinos acudieron este domingo a disfrutar en familia en los balnearios, donde pasaron la mayor parte del día en albercas, además de que aprovecharon para preparar carne asada en algunos de estos lugares donde está permitido.
El protocolo para ingresar fue la toma de temperatura, además de que se proporcionó gel antibacterial, y debido a que la gran mayoría de quienes acuden a estos lugares van a nadar, se les pidió mantener la mayor distancia posible y lavar sus manos una vez que salieran de las albercas.
Los trabajadores de los balnearios indicaron que cumplen con las disposiciones para poder operar, mismas que son revisadas por personal de las células Covid-19 constantemente, entre las que se encuentran un aforo máximo de 75%; contar con gel antibacterial para que las personas lo utilicen durante su estancia, así como suficiente jabón y vigilancia para asegurarse de que no haya aglomeraciones. Pese a ello, quienes asistieron a estos centros recreativos indicaron que algunas medidas como el uso de cubrebocas es imposible debido a que al entrar a las albercas no puede portarse, y lo mismo ocurre al momento de comer, por lo que la mayor parte del tiempo las personas están sin cubrebocas.
Otros visitantes argumentaron que los casos de Covid-19 ya son pocos y que al contar con las vacunas no temen enfermarse, pues además la mayor parte de la población tiene al menos una dosis anticovid. Durante la mañana de este domingo se observó gran afluencia en estos lugares en los que si bien hay vigilancia constante, por momentos resulta imposible controlar a la gran cantidad de personas que los visitan para pasar el día en familia.
Se observó de igual manera que varios asistentes dijeron estar conscientes de que la pandemia ha sido una dura experiencia, por lo que siguen ciuidándose incluso en lugares recreativos.
Los lugares se mantuvieron con vigilancia constante, pero por momentos resultaba imposible controlar a la gran cantidad de visitantes entre niños y adultos