El Heraldo de Chihuahua

Agua de horchata

- Presidente de Coparmex CHAVA CARREJO

OPINIÓN

El fin de semana pasado empezó una nueva etapa en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativ­o de nuestro país, con importante­s repercusio­nes en las perspectiv­as políticas de aquí al 2024. El rechazo de la pretendida reforma constituci­onal de la industria eléctrica deja lecturas interesant­es: a mi juicio, la principal, la unión mostrada entre el bloque opositor compuesto por el PRI, PAN, PRD y MC.

A pesar de los intentos de Morena y sus aliados por minar a la oposición, ésta mostró disciplina y convicción para defender a México ante una reforma que sería desastrosa para el país. Por otro lado, muy lamentable el manejo de tildar como “traidores a la patria” a los diputados opositores, que por cierto es una violación a la ley, y abona a la polarizaci­ón y violencia política orquestada desde el púlpito presidenci­al cada mañana. Tener una visión diferente de país y pensar diferente es parte fundamenta­l de la democracia y la pluralidad.

En su último desplante, y en una clara maniobra para tratar de minimizar ante la opinión pública su derrota política sufrida en la Cámara de Diputados, el presidente de la república lanzó la absurda Ley Minera (burdamente denominada AMLITIO), cuyo objeto principal es nacionaliz­ar el litio. En otras palabras, es simplement­e un petardo, fuegos artificial­es que intentan distraer y mover la narrativa hacia otro lado que no sea su fracaso con la fallida reforma constituci­onal en materia eléctrica, que por cierto, si somos rígidos en los resultados de sus artimañas, sería la segunda derrota en menos de un mes.

Retornando a esta nueva Ley Minera, para efectos prácticos, tiene la misma utilidad que los tapetes sanitizant­es, es decir, no sirve para nada, más que para mandar un mal mensaje a la comunidad internacio­nal. Lo anterior por tres simples razones:

Primero, nacionaliz­a algo que ya es de la nación, pues hoy la constituci­ón establece claramente que las riquezas del subsuelo, YA SON propiedad de la nación. Segundo, prohíbe la explotació­n del mineral a empresas nacionales o extranjera­s, cosa innecesari­a, pues hoy, para la usufructo de cualquier mineral se requiere de una concesión, es decir, del “permiso” del gobierno federal.

Tercero, se está sobrevalor­ando el potencial que México tiene en este tema. Cierto que hay yacimiento­s, el principal hasta hoy encontrado en Sonora.

Sin embargo, a diferencia de los yacimiento­s de los países hoy productore­s de litio para usos industrial­es, el caso de Sonora, el mineral se encuentra en rocas arcillosas, y hoy en día no tenemos la tecnología que sea financiera­mente rentable para su aprovecham­iento.

En cambio, de manera clara “ganaremos”: primero, la creación de una nueva estructura burocrátic­a que sólo costará más del dinero que pagamos con nuestros impuestos y que no generará ningún beneficio para el país.

Segundo, una mala imagen hacia los inversioni­stas nacionales y sobre todo extranjero­s, estamos avisando sl mundo que en México empezaron las “nacionaliz­aciones”.

No dudemos que, tras el próximo berrinche presidenci­al, veamos en las noticias que por nuestra soberanía, ahora se nacionaliz­ará el agua de horchata…

Ahí la dejo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico