El Heraldo de Chihuahua

Peñoles, el eslabón perdido de los Tobosos

En el importante sitio arqueológi­co se registraro­n más de 21 construcci­ones de adobe y piedra, en un complejo de pasadizos, laberintos y cuevas

- GORKI RODRÍGUEZ / El Sol de Parral

JIMÉNEZ, Chih.- En un complejo de pasadizos, laberintos y cuevas, situados a una altitud de mil 604 metros sobre el nivel del mar; formados de roca ígnea de origen volcánica, en la región suroeste del Estado de Chihuahua, municipio de Coronado, Peñoles, se encuentra el eslabón perdido de la civilizaci­ón de nómadas cazadores recolector­es de los Tobosos, la última aldea ocupaciona­l de la tribu, antes de ser esclavizad­a y exterminad­a por la llegada de los europeos, que situaron sus villas y fincas a lo largo de la rivera del Rio Florido, desde el municipio de Jiménez hasta Hidalgo del Parral.

Legendario­s por el manejo del arco en tiempos de cacería y defensa de su territorio, por sus penachos de ala ancha fabricados de plumas de aves de las regiones de los desiertos de los estados del norte de México; Chihuahua, Durango y Coahuila, y por su carácter aguerrido y revolucion­ario, la tribu de nómadas cazadores recolector­es, de nombre adjudicado por los españoles, los Tobosos, tuvo gran presencia en la región sur del estado de Chihuahua, desde los municipios de Jiménez, López, Allende, Hidalgo del Parral y Coronado, último municipio en donde se localiza el eslabón perdido de la civilizaci­ón de los Tobosos, la última aldea poblaciona­l de ocupación Toboso, y las más grande de lo que se tenga registro.

Peñoles, el sitio arqueológi­co más grande del municipio de Coronado, así como estatal y nacional respecto a la tribu de los Tobosos; se ubica en la región suroeste del Estado de Chihuahua, a una hora y treinta minutos de la cabecera de Villa Coronado y unas dos horas de la cabecera municipal de Jiménez, camino por el cual se accede por la rúa Villa LópezVilla Coronado, en desviación a la comunidad de Iturralde, para después tomar una brecha que en regulares condicione­s que conduce hasta los cerros conocidos como peñoles, por ser de origen volcánico y carecer de vegetación, desnudos a la intemperie, quedan expuestas enormes como si fueran grande peñascos que, forman todo tipo de figuras, pasadizos, laberintos, cuevas y refugios naturales, ideales para el hábitat humana y de la fauna local del sitio.

El importante sitio arqueológi­co fue documentad­o por vez primera, por el arqueólogo Chihuahuen­se Arturo Guevara Sánchez, en atención a una denuncia que se interpuso al INAH por el profesor Manuel Valdés Durán, quien refería que, el sitio de Peñoles, se encontraba lleno de vestigios arqueológi­cos.

Pese al reporte oportuno, no fue hasta mil 998, cuando por parte del arqueólogo Guevara Sánchez, iniciara los trabajos de prospecció­n y estudio de la región suroeste del Estado de Chihuahua, en donde se incluía al sitio arqueológi­co de Peñoles.

En el importante sitio arqueológi­co, se registraro­n más de 21 construcci­ones de adobe y piedra, realizadas por la tribu de los Tobosos para su protección y estancia en el sitio.

Por las condicione­s geográfica­s de Peñoles, cuyas formacione­s rocosas crean cuevas, pasadizos, cavernas, laberintos y refugios naturales, las construcci­ones que realizaron los Tobosos en el sitio fueron rudimentar­ias, aprovechan­do las condicione­s que brinda el terreno para así hacer sus chozas.

Así mismo, a la par que se localizaro­n los distintos recintos, fueron encontrado­s más de 14 paneles de arte rupestre, con representa­ciones de figuras zoomorfas (animales), antropomor­fas (humanos) y figuras abstractas.

El asentamien­to aparenteme­nte corto, que duró más de diez años en el sitio de Peñoles, según Arturo Guevara Sánchez y M. Luisa Reyes Landa, fue un núcleo poblaciona­l de filiación Toboso, durante la ocupación virreinal; cuya tribu practicaba una agricultur­a muy rudimentar­ia, por los diversos objetos que se pudieron encontrar como: morteros fijos y móviles, para la molienda de hierbas y semillas.

En el mismo sitio, según las investigac­iones de los arqueólogo­s, refieren que, la primera ocupación del sitio de peñoles, ocurrió en la época prehispáni­ca antes de la llegada de los europeos; ocupación que debió ocurrir en el año 1450 D.C.

“Posteriorm­ente, en el sitio arqueológi­co se dio una segunda ocupación, esta vez de los Tobosos petro agrícolas, que es la que podemos ver ahora en el sitio y que es aquella durante la cual, entre otras cosas, se utilizaron tiestos vidriados, objetos de metal y piezas de vidrio, por lo que permite situar en la época virreinal”.

En las representa­ciones rupestres que dejaron los Tobosos destaca la figura de jinetes a caballo estrechand­o las riendas del animal, así como la presencia de sacerdotes, expresione­s gráficas que revelan el cómo los explorador­es europeos comenzaron a interactua­r con los Tobosos y posteriorm­ente a someter y esclavizar.

El importante sitio arqueológi­co fue documentad­o por vez primera, por el arqueólogo Chihuahuen­se Arturo Guevara Sánchez, en atención a una denuncia que se interpuso al Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia por el profesor Manuel Valdés Durán, quien refería que, el sitio de Peñoles, se encontraba lleno de vestigios arqueológi­cos.

Pese al reporte oportuno, no fue hasta mil 998, cuando por parte del arqueólogo Guevara Sánchez, iniciara los trabajos de prospecció­n y estudio de la región suroeste del Estado de Chihuahua, en donde se incluía al sitio arqueológi­co de Peñoles.

Así mismo en las paredes de roca, se localizan grabados de cruces religiosas, plasmadas por los evangeliza­dores en un afán de vender ideológica­mente la religión a través de símbolos.

“Hipotética­mente, el sitio arqueológi­co de peñoles debió ser abandonado cerca del 1664, y en tal caso la ocupación debió haber durado alrededor de veinte años”.

Pese a ser uno de los sitios arqueológi­cos más importante­s del suroeste de Chihuahua, en lo que respecta a la tribu de los Tobosos, ha sido objeto de vandalizac­ión y saqueo por la acción del hombre, dañando el sitio y destruyend­o innumerabl­es muestras de vestigios.

Según las investigac­iones de los arqueólogo­s, refieren que, la primera ocupación del sitio de Peñoles, ocurrió en la época prehispáni­ca antes de la llegada de los europeos, en el año 1450 después de Cristo

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GORKI RODRÍGUEZ El sitio arqueológi­co más grande del municipio de Coronado, así como estatal y nacional respecto a la tribu de los Tobosos

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