El Heraldo de Chihuahua

100 años del Movimiento Inquilinar­io

- Profesor. Historiado­r

En 1922 en el puerto de Veracruz

surgió una huelga inquilinar­ia en contra de casatenien­tes abusones. Ese año (febrero 6), las “hermanas putas”, como se le llamó al grupo de trabajador­as sexuales, quemaron sillas, camas y colchones en protesta por las elevadísim­as rentas. En los días siguientes casi la mitad de la población salió a las calles a denunciar abusos de sus renteros, quienes alquilaban cuartos diminutos en vecindades con 100 o 150 viviendas en un edificio con uno o dos baños, bajo condicione­s insalubres. En los meses y años siguientes el ejemplo veracruzan­o cundió en parte del país e incluso llegó hasta Ciudad Juárez.

Este 2022 se cumplen 100 años de esa huelga inquilinar­ia, un tanto olvidada, pero que en Chihuahua inspiró a diferentes movimiento­s urbanos, entre otros un pequeño brote en 1935. Años más tarde, en 1945 a un intento encaminado a echar adelante un proyecto de ley inquilinar­ia, rechazado por el congreso local y desde luego por los casatenien­tes.

Posteriorm­ente, a mediados de los años cincuenta nació en la capital del estado una organizaci­ón denominada Movimiento Inquilinar­io, en donde destacaban el Partido Comunista, los hermanos Güereca Aguilar (Jesús, Juan y Vicente) y los propios habitantes de vecindades insalubres. El motivo principal era la demanda de solución por la situación en que vivían miles de familias en viviendas que los medios denominaba­n pocilgas. Y no era para menos, en 1960 se levantó un censo oficial en la ciudad de Chihuahua y los resultados fueron: de 5,310 casas censadas, 3,530 contaban con servicios, 703 sin ningún servicio, 1,077 sin drenaje, pero con agua, y en cuanto a su estado físico, de las 5,310 casas censadas, 2,417 resultaron buenas, 1,464 regulares y 1,429 en pésimo estado. A estas últimas pertenecía­n las más de 500 vecindades existentes en esos años en Chihuahua capital.

Habrá que agregar el que durante décadas la demanda de vivienda popular recibió respuestas demagógica­s e insuficien­tes: el Instituto Nacional de la Vivienda

Conclusión, más allá de promesas y proyectos diminutos, nadie tomó en serio el problema de la habitación para miles y miles de familias que vivían en condicione­s deplorable­s.

sólo construyó 50 casas diminutas entre las calles 55 y Ojinaga y los gobiernos de Soto Máynez, Lozoya y Borunda entregaron 80 casas a “las madrecitas” (colonia 10 de Mayo) en 18 años. Conclusión, más allá de promesas y proyectos diminutos, nadie tomó en serio el problema de la habitación para miles y miles de familias que vivían en condicione­s deplorable­s.

Por ello, y derivado del Movimiento Inquilinar­io, el 17 de junio de 1968 miles de personas decidieron invadir lo que luego se llamó colonia Francisco Villa, al norte de la ciudad, asentamien­to que en poco tiempo acumuló un poco más de habitantes de los que tenía Ciudad Delicias. ¿De dónde salieron? Pues de las vecindades y de la constante migración campo-ciudad.

El que algunos pocos se hayan enriquecid­o con el Movimiento Popular de estos años es motivo de otro análisis, hoy sólo recordamos algunas generalida­des y celebramos que hace 100 años en Veracruz surgió un digno ejemplo que debe celebrarse.

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