Videntes 2022
El año pasado anduve yendo y viniendo por Chiapas, Oaxaca y Veracruz, sobre todo en estos dos últimos estados. La carretera 185 del Istmo de Tehuantepec que conecta desde Salina Cruz hasta Coatzacoalcos, era mi tramo diario de trabajo para visitar comunidades indígenas.
M e aprendí casi de memoria el trayecto, ubicando la distancia por la majestuosidad de ceibas y ahuehuetes, que se encontraban en el camino. Una tarde en Chiapa de Corzo, mientras paseaba por el mercado, se acercó una gitana-vidente, tomó la palma de mi mano y comenzó a leerla: “hay una persona cercana que te envidia, viajas constantemente, eres curiosa, alguien te buscará con fines amorosos”. Sacó un amuleto rojo, lo frotó en mi piel y me dijo que era de protección; seguido me cobró cincuenta pesos. Le comenté que no quería el amuleto, pero estaba dispuesta a pagarlo si me dejaba leerle la mano a ella. Me regresó el billete y se fue molesta. Lo mismo me ocurrió en Oaxaca y Veracruz. Parecía una red de “videntes” repartidas por el país para ganar unos pesos leyendo el futuro que hacían y decían lo mismo, hasta el amuleto era igual. Se vale, uno decide si le paga o no; digamos que es una donación que no paga impuestos: diez clientes en un día es un buen salario.
Al respecto, cualquiera puede ser una o un vidente, sólo observe a una persona, acérquese y con seguridad dígale lo que la gitana de Chiapas, le creerá de inmediato. Si usted anda comprando recuerdos, trae una cámara fotográfica y le espera el camión del tour en la esquina, no es de brujos saber que usted viaja. Tampoco lo es decirle que alguien le envidia: siempre alguien lo hace, y sobre el amor ni se diga. Recordé la película “Callejón de las almas perdidas”, de Del Toro. Cuando un vidente le cuenta a Bradley Cooper su secreto, éste se hizo experto en el arte de jugar con la mente de la gente: no importa lo que les digan, “son ellos los que se engañan a sí mismos”.
Si fueran tiempos actuales y en México, en trance, Cooper le diría a su “víctima” que percibe un fantasma de un ser cercano fallecido por Covid-19 que se quiere comunicar; la otra opción sería decirle que se murió de un infarto o diabetes. Las estadísticas de defunción del INEGI del 2021 indican que éstas son las principales causas de muerte, aunado a que hubo un exceso de mortalidad por la pandemia, entonces seguramente le habría atinado. También le hubiera dicho (si es mujer) que tiene miedo y desconfianza de un hombre y estaría en lo correcto, pues vivimos en un estado de descomposición social, donde las mujeres son las más afectadas por la violencia a manos de hombres, que incluso las puede llevar a perder la vida. Sobre el aspecto económico, le diría que sufre por el dinero y si vemos la alta inflación y la falta de empleo formal, también tendría razón.
El domingo 5 de junio habrá elecciones en seis estados de la República para elegir nuevos gobernantes. Desde ahorita usted se puede convertir en vidente y con sólo ver las estadísticas por estado puede adivinar cómo serán las promesas del candidato y los resultados de su gobierno. La credulidad y la emoción nublan nuestro raciocinio. Si está en la feria, diviértase con la vidente, pero fuera de ella confíe más en las estadísticas que en la charlatanería que juega con sus emociones.