Visitan El Heraldo alumnos de Urique
Recorren las instalaciones del rotativo líder en el estado con el fin de descubrir de primera mano el cotidiano quehacer periodístico que lo distingue
ellos onocieron a varias de las personas que hacen posible que millares de periódicos lleguen a los puestos de la esquina y a hogares de todo el estado de Chihuahua, siempre con información oportuna, veraz, así como precisa, confiable y muy útil.
Desbordando la emoción e impaciencia propias de su edad, la mañana de este viernes, 13 estudiantes de la escuela primaria San Rafael de Urique se adentraron en las instalaciones de El Heraldo de Chihuahua con el firme objetivo de descubrir de primera mano el cotidiano quehacer periodístico.
Acompañados de sus maestras Fabiola Guadalupe Martínez, Rocío Viridiana González y Emma Banda Valdez, los alumnos que cursan el sexto año recorrieron tanto el Museo de Sitio de este matutino, donde se empaparon de los casi 95 años de historia del periódico líder en el estado, como los lugares donde se hacen las ediciones digital e impresa.
Durante el andar de los jóvenes por los diferentes departamentos del edificio, se les explicó la importancia de un medio tradicional como el que visitaron y, a través de algunos trabajadores con los que tuvieron contacto descubrieron en su explicación el secreto del liderazgo antes mencionado: práctica y responsabilidad en lo que se hace, así como la calidad y la puntualidad en eso mismo.
Asimismo, que la calidad no sólo se refleja en cada texto escrito, sino por la ética de quienes elaboran las notas que se publicarán y llegarán a los lectores al día siguiente del que son elaboradas.
De igual forma, los estudiantes pudieron echar un pequeño vistazo a los procesos de redacción y corrección sobre lo que se publicará ya sea en papel o en la red, y posteriormente se dirigieron a donde está la imprenta del periódico.
Ya en la rotativa, el grupo conoció detalles finos del quehacer de El Heraldo, como la cantidad de periódicos que se imprimen, los horarios en los que son impresos y los de envío, la elaboración de las placas de impresión, entre muchos otros.
Después de rondar por los pasillos y tomarse fotografías para conmemorar la experiencia, la visita llegó a su fin. Pero todos se retiraron contentos no sólo por el tradicional obsequio que se le da a cada visitante de la casa editora, sino por haber descubierto la intimidad de ese apasionante mundo de la información. Quizá alguno de ellos tomó la inspiración suficiente para regresar, no como visitante, sino como reportero o editor.
En esta oportunidad,