Belleza problemática: ¿la creamos o nos crea?
Podemos, como individuos, tener diferentes posturas ante este término, por lo que es válido utilizarlo de las más diversas maneras POR DE
Comúnmente se entiende el concepto de la belleza como una cualidad de lo bello. Esto nos da como resultado un adjetivo que podemos usar para poder describir algo según la perfección de sus formas, cómo llega a satisfacer al individuo, a la vista, al oído, y, por si fuera poco, también cómo complace al espíritu de aquél que lo aprecia. Se hace mención de las cosas bellas, más no se habla sobre aquello que las hace ser algo bello. Como individuos podemos tener diferentes posturas ante este término, por lo que es válido utilizarlo de varias maneras, pues no existe una “ley” como tal que nos indique qué es, de cierto, la belleza, juzgamos según lo que se ve.
Esto genera una pregunta bastante conflictiva dentro de la sociedad en la que vivimos, ¿qué es la belleza? Todos tienen un modo diferente de comprenderla, pues no necesariamente todas las personas ven belleza en las mismas cosas y/o situaciones. Por tradición, la sociedad suele indicarnos lo que es bello, pero no porque esto sea algo impuesto socialmente tiene que ser personalmente aceptado. Es dentro de un trasfondo subjetivo donde los individuos rompen con este prejuicio de la sociedad y comienzan con la búsqueda de su propia belleza. Esta búsqueda, siempre personal, les permite abrir sus horizontes y darse cuenta que pueden encontrar aspectos bellos dentro de la música, el arte, algún paisaje, en aquella forma que tienen de amar a alguien, y por qué no, también pueden encontrarlos en algún momento de la vida misma, existen un sinfín de situaciones en donde se puede llegar a percibirla.
En ocasiones se nos plantea este concepto de belleza como algo complejo de entender en su totalidad. En el momento en que cada uno expresa una percepción diferente de lo que puede o no ser la belleza, las opiniones e ideas respecto al concepto varían, se comienza con una tonta pelea de poderes de “quién tiene la razón y quién no”, dejando a este término como una idea vaga, que solamente nos llega a confundir al momento de querer captar nuestros propios intereses.
Al sentirnos más listos que los demás lo único que ocasionamos es encerrar este concepto en una problemática social, generando discusiones circulares que no llevan a ningún lado. Es como un perro siguiendo su cola, la persigue, aunque jamás podrá alcanzarla, algo similar pasa cuando la sociedad persigue una idea concreta para imponerla como un modelo de perfección. Viendo la belleza desde el ojo de la sociedad, esta ha llegado a ser estandarizada, y lamentablemente es algo que ha sucedido desde el principio. Se busca tener un ideal que vaya de acuerdo con las ideas y opiniones de algunos
ciento de las mujeres en el mundo están completamente de acuerdo que cada mujer tiene algo hermoso en ella, pero nunca lo ven
cada cien damas a un nivel mundial están de acuerdo que cuando se trata de su apariencia ellas mismas son su peor crítico cuantos, dejando a un lado a las demás personas, por lo que es prácticamente imposible que exista y se pueda imponer un ideal de belleza en verdad absoluto.
A raíz de eso es que se establecieron cánones de belleza, los cuáles en su mayoría han sido adaptados a la sociedad y a la época en que se vive, pero también evolucionan conforme pasa el tiempo. Por poner un ejemplo: en la prehistoria pudo ser considerado bello el hecho de que la mujer tuviera los senos y las caderas marcadas o de una mayor talla, pues era señal de que no tendría problema alguno al momento de dar a luz. En la actualidad las cosas son distintas; la belleza fue cambiando para satisfacer los gustos, por lo que, si esta fuese estándar, entonces la naturaleza nos hubiese dejado en claro qué es lo bello y lo que no, por lo que todo aquello que fuese agraciado en la prehistoria seguiría siéndolo en la actualidad.
Aunque no queramos admitirlo, la belleza es subjetiva, ¿cuántas veces no hemos escuchado a alguien decir: “ella es muy bonita como para estar con alguien tan feo como él”? Es bastante común escuchar eso, porque todo se basa en las percepciones individuales, lo que para mí es bonito, puede que para otra persona sea todo lo contrario, y que incluso lo pueda ver como algo grotesco, lo cual es totalmente normal. Es gracias a esta diversidad existente en el mundo, que podemos darnos una idea de lo que es lo bello, y es completamente natural el hecho de que no todos lleguemos a captar del mismo modo algún aspecto bello, porque si así fuera, ¿cómo se explicaría la enorme diversidad que existe en cuanto a los gustos? Aunque tampoco hay que negar que podemos encontrar alguna persona con gustos y percepciones parecidas a las de nosotros, pero en su gran mayoría todos contamos con gustos propios y variaciones diferentes, o como diría aquél viejo refrán, “para gustos, los colores.”