Motín e incendio en cárcel deja 51 muertos
Los reos murieron por asfixia al prender fuego a colchones donde duermen MIL 426 PRESOS
TULUÁ. Una de las mayores tragedias en cárceles colombianas se vivió ayer en la ciudad de Tuluá, donde un incendio provocado luego de una riña entre reclusos se cobró la vida de al menos 51 personas y dejó 24 más heridas, entre ellos dos guardianes.
Mientras en las afueras de la cárcel familiares de los reclusos esperaban saber la situación de los suyos, en Bogotá el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, daba a conocer el balance de la tragedia, que atribuyó a un incendio provocado por una riña entre los reos que le prendieron fuego a las colchonetas en las que duermen.
“Tenemos 51 personas privadas de la libertad que perdieron la vida y 24 más resultaron heridas, esta situación fue provocada por una riña entre privados de la libertad que se presentó en el patio número 8”, dijo el jefe de la cartera de Justicia.
El ministro detalló que entre los 24 heridos hay dos guardias del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) que “han sufrido lesiones leves”.
A falta de que concluyan las investigaciones, los informes aseguran que la mayoría de las personas perdieron la vida por “inhalar humo”.
El infierno en que se convirtió la cárcel de Tuluá comenzó pasada en la madrugada en el patio 8 de ese centro de mediana
tiene el hacinado sistema penitenciario colombiano, casi 16,300 más de su capacidad seguridad que alberga mil 267 reclusos.
Allí, según lo dicho por Ruiz, un reo le prendió fuego a una colchoneta y aunque los guardianes trataron de controlar las llamas estas se propagaron rápidamente por el lugar.
El fuego ganó fuerza porque los materiales con los que están hechas las colchonetas son de fácil combustión.
Ante la magnitud del incendio, pronto llegaron los Bomberos de Tuluá que controlaron las llamas y evitaron que estas alcanzaran otros lugares de la cárcel en donde había otros reclusos.
De los 24 heridos, según el ministro Ruiz, 6 están en cuidados intensivos en un hospital local de Tuluá y dos más fueron llevados a Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca, al que pertenece esta ciudad de unos 220 mil habitantes.
En Colombia hay un problema crónico de hacinamiento en las cárceles y en Tuluá ese indicador era de 17 por ciento. Varias administraciones se comprometieron y no cumplieron con la construcción de nuevos centros de detención en diferentes sitios del país.
A eso se suma la corrupción en el sistema penitenciario que permite fugas, ingreso a las cárceles de artículos prohibidos y otras irregularidades.