El Heraldo de Chihuahua

Después del impacto

- Periodista. Filósofo juan_camacho61@hotmail.com

mediático de los asesinatos de dos religiosos y un guía de turistas en Cerocahui, Chihuahua, una idea se viene a la mente en forma automática: los miles de homicidios que lastiman a nuestra sociedad y se quedan sin castigo.

D ictar castigos por quitar la vida es una acción que ha disminuido en los últimos años en México, y los ciudadanos en general nos preguntamo­s por qué ha pasado eso, sobre todo cuando el índice de homicidios se ha incrementa­do en más de un treinta por ciento en el 2021. En el año 2021 la impunidad en casos de homicidio en México se ve reflejada en el bajo número de sentencias condenator­ias (1,031) en comparació­n con los años anteriores (más de 3 mil), según los datos del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Como ciudadano común que es consciente de la insegurida­d pública y los riesgos que ella implica para todos, cualquiera se cuestiona si la disminució­n en la aplicación de castigos se deba a un nuevo paradigma o teoría sobre su eficacia en la prevención del delito.

Más bien, y ante la evidencia de que baja el castigo y sube el delito, la creencia común es que el sistema de castigos está en crisis y su rasgo más sobresalie­nte en la actualidad es la incompeten­cia de sus encargados, una incompeten­cia que se suma a los peores males que hoy sufre el país.

Una sociedad crítica cuestionar­ía sobre los efectos de los castigos o las penas sobre la reducción de los casos de homicidio, pero también tendría que ser consciente de que son muchos los factores que inciden en la comisión de los delitos. El castigo a los criminales es un factor, pero también hay que considerar todas las formas de conciencia individual sobre las normas diversas que construyen y hacen posible la convivenci­a: la religión, las costumbres, la educación, etc.

crítica cuestionar­ía sobre los efectos de los castigos o las penas sobre la reducción de los casos de homicidio, pero también tendría que ser consciente de que son muchos los factores que inciden en la comisión de los delitos

La impunidad, el dejar sin castigo a los delincuent­es, es un tema de gran importanci­a para la sociedad en general (no sólo para los especialis­tas de las leyes y códigos), porque de él se pueden desprender la certidumbr­e o la desconfian­za de los ciudadanos en sus institucio­nes.

La confianza ciudadana es determinan­te para la vida comunitari­a y sus valores supremos como lo son la justicia, la paz, la seguridad y el orden público. La insegurida­d y la violencia son reflejo de la impunidad, sin la cual no hay confianza.

Quienes hagan daño deben pagar por él. La impunidad no debe ser permitida, ni debe ser parte de nuestra normalidad, como al parecer ya lo es. Una sociedad de daños sin castigos no puede ser una buena sociedad. La descomposi­ción de la sociedad mexicana se acentúa con la impunidad. El combate a la impunidad requiere institucio­nes de seguridad y de justicia que cuenten con un grado de profesiona­lismo y compromiso con la sociedad; son necesarios recursos públicos y una transparen­cia en su manejo. La impunidad, por sí misma, es otro de nuestros graves problemas.

Una sociedad

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico