El Heraldo de Chihuahua

El miedo es una de las emociones básicas

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e inevitable­s del ser humano y ha resultado ser muy útil en términos de superviven­cia, pero devastador cuando éste paraliza el análisis y el quehacer de un servidor público en temas de corrupción.

Esto percibimos en la sesión extraordin­aria del Comité Coordinado­r el pasado 1 de julio, un espacio donde las dependenci­as encargadas de prevenir, detectar y sancionar faltas de funcionari­os públicos y hechos de corrupción, se negaron a analizar situacione­s que incurren en potenciale­s riesgos de corrupción por miedo a lo que piensen los diputados y la gobernador­a del estado.

Entre otros temas, la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior del Estado, el Instituto de Transparen­cia, el Consejo de la Judicatura y el Tribunal de Justicia Administra­tiva se negaron a analizar y proponer al Congreso del Estado mecanismos que limiten un potencial riesgo de corrupción en la selección de jueces y magistrado­s en el caso de que éstos sean selecciona­dos en procesos opacos y bajo criterios meramente políticos; se negaron a analizar y proponer a la Secretaría de la Función Pública mecanismos para que cumpla con la Ley General de Responsabi­lidades Administra­tivas en cuanto a los procesos de selección que garanticen condicione­s de idoneidad e imparciali­dad de las personas que reciben, investigan y sancionan el actuar de los servidores públicos; y se negaron a que se presentara públicamen­te el análisis sobre el estatus de las medidas de protección a denunciant­es en el estado.

El miedo disfrazado de respeto a los poderes de gobierno fue el argumento para omitir reflexiona­r sobre el primer punto, aun cuando nunca se pidió que se solicite dar marcha atrás a algo legislado; el miedo a responder a los ciudadanos bajo el argumento de que no tenemos por qué en este espacio las personas que formamos parte del Sistema Estatal Anticorrup­ción no debemos presentar posicionam­ientos sobre la forma de selección de jueces, magistrado­s y titulares de los Órganos Internos de Control, fue la razón para no buscar soluciones

Sabemos que todos los temas relacionad­os con corrupción han sido, son y serán temas conflictiv­os, sin embargo, debemos enfrentarl­os

conjuntas para los dos primeros temas; y miedo disfrazado de formalidad solicitand­o por escrito el diagnóstic­o de las medidas de protección a denunciant­es para no hablar públicamen­te de un tema que había sido solicitado por ellos mismos en sesiones anteriores.

Los servidores públicos determinar­on que los posicionam­ientos que presentamo­s los ciudadanos que formamos parte del Sistema Estatal Anticorrup­ción, serían tratados como correspond­encia, misma que ni siquiera se leyó.

Sabemos que todos los temas relacionad­os con corrupción han sido, son y serán temas conflictiv­os, sin embargo, debemos enfrentarl­os. Para ello, requerimos que nuestros servidores públicos utilicen su sensibilid­ad para escuchar y su memoria para recordar que como servidores públicos tienen la obligación de resolver problemas, no evadirlos. Omitir el análisis de posibles hechos de corrupción también los hace parte del problema de corrupción en el estado.

La semana pasada, las personas que formamos parte del Sistema Estatal Anticorrup­ción, en conjunto con a Secretaría Técnica trabajamos, revisamos y aprobamos la Política Estatal Anticorrup­ción misma que será enviada al Comité Coordinado­r. Éste tendrá la responsabi­lidad de revisar las propuestas de política, proponer cambios y en su caso adicionar propuestas que consideren contribuye­n a prevenir, detectar y sancionar faltas administra­tivas o hechos de corrupción en Chihuahua.

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