URGEN CAMBIOS EN BRAVOS DE CD. JUÁREZ
Mientras el equipo ¿de Chihuahua?, los Bravos no tengan jugadores propios, es decir, que el Club cuente con la carta de ellos, difícilmente sentirán los colores o el aprecio por el terruño para dejar todo en la cancha y nada habrá cambiado en relación al pobre desempeño del conjunto.
Para esta campaña se gastaron una millonada en refuerzos que le dieran un rostro distinto al equipo, sin embargo, tras las primeras jornadas ya se respira el nuevo olor a fracaso; palabra que al parecer está impresa en la piel de esta oncena que requiere una verdadera limpia desde sus propias bases.
Una sacudida desde sus raíces no le vendría mal a Bravos de Cd. Juárez, es extraño que siendo una empresa deportiva, mantengan a mucho del personal operativo, administrativo y deportivo que está más que probado no han sido productivos, por decirlo de una manera.
Inexplicable que pudiendo tener canteranos que anhelan formar parte del primer equipo, simplemente su proceso se ve truncado por falta de oportunidades y terminan emigrando, en el mejor de los casos, a otros equipos profesionales pero de tercera división, o bien, desertando definitivamente de su sueño profesional, incluso colgando los tachones desde muy temprana edad.
¿Cuánto talento se habrá desperdiciado al ignorar el enorme potencial de muchísimos jugadores durante tanto tiempo? ¿Y qué se ha hecho para remediarlo? Existen escuelas o academias de Bravos en varias ciudades del Estado, la lógica indica que el siguiente paso es que vean a los nóveles futbolistas para su llamado al conjunto en Cd. Juárez, ¿Qué cantidad ha logrado el objetivo? ¿Cuántos han permanecido o permanecen?
Una lástima tener equipo de primera división pero a la vez no tenerlo. Como deporte espectáculo está bien, acudir al estadio para ver a otros equipos que antes sólo se veían en la tele, está bien. Pero para los amantes y apasionados del Fútbol que ven a Bravos como la oportunidad de oro para formar parte de sus filas, no existen más palabras que decepcionante y frustrante.
Urge una reingeniería, un cambio de visión y filosofía en Ciudad Juárez.