El día de ayer,
en México celebramos el Día de los Abuelos, el momento perfecto para recordarles lo importantes que son en nuestras vidas y el pilar que representan dentro del núcleo familiar, aún cuando todos los días convivamos con ellos y les demostremos a través del tiempo de calidad, muestras de afecto y respeto, el papel fundamental que tienen en nuestras vidas.
De los abuelos aprendemos las virtudes de la sabiduría, de la esperanza, la observación de los detalles que hacen de la vida un viaje de aprendizaje permanente; con sus historias, anécdotas y experiencias, estoy seguro que los abuelos nos heredan el tesoro más preciado que guardan, aquello que solamente dan los años, valorar en toda su extensión lo más importante: la familia.
Por eso, celebrar a los abuelos es celebrar también la familia, porque sin duda ellos son nuestro punto de encuentro, y la raíz de nuestro árbol genealógico.
Es importante que toda esa carga de sentimientos y admiración que les dirigimos lo traduzcamos en calidad de vida, en tiempo de calidad y atención a sus necesidades de forma específica, principalmente evitar por todos los medios que experimenten abandono o soledad.
Cierto que adulto mayor no necesariamente es sinónimo de abuelo, pero también es cierto que el respeto que nos inspiran nos ha llevado en México a referir el título de abuelo como una muestra de admiración y reconocimiento de autoridad; nuestro país registró hasta 2020 una población de 15.1 millones de personas en edad de 60 años o más, representando el 12% de la población total, según datos del INEGI a septiembre de 2021; en el caso de Chihuahua capital son 117 mil 377 personas de más de 60 años las que viven en nuestro municipio, lo que nos habla de casi el 10% del total. ¿Cuál es la cruda realidad que atraviesan los
adultos mayores en México? Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refieren que el 16% de los adultos mayores sufren abandono y maltrato; de ellos el 20% experimentan la soledad y el abandono.
De continuar bajo esta dinámica de indiferencia social, para 2025 se prevé que al menos 14 millones de adultos mayores atraviesen esa situación.
El estado de vulnerabilidad de esta parte de la población es un asunto todos estamos llamados a atender con urgencia.
Reflexionemos de qué manera estamos contribuyendo para revertir ese proceso de degradación humana, comenzando por la atención prestada a la calidad de vida de nuestros abuelos o bien, de qué manera puedo ayudar para mejorar el contexto de personas adultas mayores en situación de calle, porque la responsabilidad es compartida.
Me parece extraordinario que agosto sea el mes que celebre a la juventud y a los abuelos, porque se refuerza una verdad indiscutible, que los más jóvenes hemos de escuchar la voz de la sabiduría que aguarda en nuestros abuelos, y al mismo tiempo preservar su memoria a través de acciones que aumenten su estabilidad emocional y física.
Ellos, nuestros abuelos, son centinelas del tiempo y gracias al tesoro vivo que representan, Chihuahua capital recorre la ruta hacia la competitividad con paso firme y dando norte a México.