La Universidad Autónoma
de Chihuahua es una institución que ha formado a miles de profesionistas en el estado de Chihuahua; esta semana vivió, como cada seis años, el proceso de elección de su nuevo rector.
C omo parte de su historia la universidad ha tenido momentos álgidos y serenos en este tipo de procesos, pero invariablemente siempre impera entre los diversos aspirantes un ambiente de concordia y altura de miras, pensando en el bien de la comunidad universitaria.
El diálogo interno entre los directores de las unidades académicas y la unidad central permitieron conformar una terna única, tres distinguidos catedráticos la conformaron: el director de la Facultad de Medicina, la directora de Ciencias Agrícolas y Forestales y el director de la Facultad de Derecho. Personalmente conozco al Dr. Luis Hinojos, distinguido neumólogo pediatra, quien como director de la Facultad de Medicina realizó un papel importante en su crecimiento y en esta época de pandemia y post pandemia aportó importantes ideas y protocolos para trazar una hoja de ruta local para que las instituciones de salud tomaran mejores decisiones en beneficio de Chihuahua; también conozco al maestro Luis Alfonso Rivera Campos, quien en su hoja de vida tiene amplia experiencia en el servicio público, con 25 años como catedrático en la Facultad de Derecho, desarrolló un trabajo prudente, sistemático y firme en la unidad académica que dirigió, después de tener un momento convulso y carente de diálogo logró con mucho tino encauzar los trabajos de la Facultad de Derecho.
Hoy, la Universidad tiene rector electo, el maestro Rivera Campos es quien por los próximos seis años deberá reposicionar a la UACh entre las mejores universidades del país; investigación, responsabilidad social y trabajo en equipo son parte de los postulados iniciales del nuevo rector; las nuevas tecnologías, la falta de recursos y los efectos de la pandemia hacen muy retador el trayecto de los próximos años en la rectoría. Pasaron 37 años para que un director de la Facultad de Derecho tuviera la oportunidad de ser rector de la UACh por un periodo legal; eso es un compromiso de toda la unidad académica de la Facultad de Derecho, ya que debemos, quienes queremos, respetamos y valoramos a nuestra Alma Mater, aportar el mayor de los esfuerzos académicos, personales e institucionales para tener una mejor universidad. A quienes condujeron este proceso y encabezan la rectoría de la UACh mi reconocimiento por su institucionalidad, valor y cariño a nuestra Alma Mater; a quienes aspiraron a ser rector en este proceso nuestro reconocimiento a la disposición de poner los intereses de Chihuahua por encima de los personales.
Hay Universidad para rato, es responsabilidad de todos cuidarla.