De las cuencas hidrológicas

del estado de Chihuahua, la del río Conchos es sin duda la de mayor importancia, no sólo por su extensión, ya que cubre 6.92 millones de hectáreas y representa el 28.8% de la superficie total del estado, sino además por la importancia que tienen las aguas que se almacenan en sus presas, tanto para el desarrollo económico que generan las actividades agrícola, ganadera e industrial, así como para la vida cotidiana de toda la población que se asienta en el territorio de esta cuenca.

Una buena noticia, fue el anuncio de un importante convenio celebrado por la Asociación de Usuarios del Distrito de Riego 005, la Presidencia Municipal de Delicias, la Secretaría de Desarrollo Rural y la Comisión Nacional Forestal, para aportar en conjunto, recursos por 4.6 millones de pesos, que se destinarán al pago de servicios ambientales en la parte alta de la cuenca en una superficie de 5,300 hectáreas, y que se aplicarán en acciones para su conservación, como proyectos de reforestación, obras de conservación de suelos y operación de brigadas para el combate de incendios forestales, que se distribuirán en varios predios.

Este es sin duda, un excelente ejemplo de colaboración para llevar a cabo acciones de conservación de esta cuenca por parte de los tres niveles de gobierno, y sobre todo, es de destacar la participación y aportación directa de los usuarios del agua.

Si bien, es muy buen comienzo, hay aún mucho por hacer en este tema. Es muy importante hacer la mejor selección sobre el tipo de proyectos que se van a apoyar.

Dar prioridad para aquellos que tengan el mayor impacto en la protección de la cuenca, sobre todo los que cubran la mayor superficie, y de esta forma hacer más eficiente el uso de los recursos, que son aún muy limitados. Un impacto mayor se puede lograr con programas de prevención, como la protección contra incendios forestales, así como el buen manejo de los bosques en la parte alta de la cuenca y de las áreas de agostadero en las zonas media y baja. Si se destinan recursos de manera

prioritaria para acciones de protección contra incendios forestales, por ejemplo, se puede cubrir una mayor superficie a más bajo costo.

Con el costo de operación de tan sólo un día para una brigada contra incendios forestales, si se llega a tiempo y se controla el incendio, se puede evitar la pérdida de miles de hectáreas, que se provocaría con sólo un incendio que se salga de control. Por otra parte, con un adecuado manejo de las zonas de agostadero, en las que se promueva la aplicación de sistemas como la ganadería regenerativa o manejo holístico, se pueden conservar mejor los pastizales y con ello se obtienen importantes beneficios ambientales, ya que se incrementa la recarga de los mantos acuíferos, se amortiguan las avenidas de los ríos y se protegen los suelos de la erosión y degradación en superficies muy extensas, en comparación con las limitadas superficies en las que se pueden hacer reforestaciones o realizar obras de conservación de suelos.

No es que se proponga no reforestar las áreas dañadas, se debe hacer desde luego, pero con un programa de protección bien diseñado y aplicado, además del manejo adecuado de los ecosistemas, tanto en el área de bosques, como en la zona de agostaderos, se pueden cubrir superficies más extensas y con ello lograr una mejor protección a la cuenca.

Como dice el popular refrán, “es preferible prevenir que remediar”.